Ya no es democracia
No sólo estamos ante el gobierno del deshonor, de la vergüenza y de la consagración del alzamiento de un muro que reconstruye las dos Españas, expresamente afirmado, confirmado, expresado y ejecutado por él, sino en una trama corrupta falta de trasparencia.
Si el Sr. Puente nos cuenta, lo que no precisamos saber, que se casó de “penalty” lo grave es que no nos cuente las cesiones ocultas de unas conversaciones ocultas, con unas exigencias ocultas y con documentos ocultos que se ocultan a los que somos el objeto de sus decisiones y eso lo hacen aquellos que se permiten el lujo de construir un muro entre españoles, de conceder el carnet de demócrata y de identificar a los disidentes como fascistas. Olvidamos que quienes siempre han construido muros han sido las siniestras para impedir que aquellos que estaban sometidos a su dictado no pudieran huir de su presión, que ni siquiera los fascistas alcanzaron el número de asesinatos que los socialistas-comunistas llevan en su cómputo, pero ahora el Presidente Sánchez se engríe y muestra su orgullo por alzar un muro entre los españoles… ¡pues eso!
La ocultación, la cesión opaca, la falta de “luz y taquígrafos”, espeluznante, pues si grave es lo sabido, cuan importante y serio es lo que se nos oculta. ¿Qué vergüenza hay que tener en contar lo oculto puede tener el sinvergüenza que nos presenta la humillación, la cesión, el sometimiento al chantaje como algo realizado en defensa de España, cuando es España lo que vende, rompe, destroza y desprecia?
En el colmo de los despropósitos, mi nefasto tocayo se presenta y se querella contra los miembros del CGPJ por prevaricación administrativa al haber mostrado estos su contrariedad ante la amnistía, al considerar que se trata de una “resolución arbitraria, en el sentido de contradictoria con el derecho, dictada a sabiendas de su injusticia y/o arbitraria”, pero se olvida que “su” presidente, en zona de guerra, en representación de España y de la Unión Europea “…fomenta, promueve e incita directamente al odio contra un grupo por motivos antisemitas….” él que se presenta como jurista sabrá lo que eso debiera suponer… ¡pues, eso!. Le parecerá ridículo, pero a mí me parece ridículo lo que él hace y lo mío no cuesta dinero, no afecta a los demás y me representa a mí, mientras que lo que él hace nos cuesta a todos y nos desprestigia a todos, mi opinión es mía, la suya quiere y busca obligar a que sea la de todos, con acciones directas…el algodón no engaña.
La falta de respeto a la norma, a la Constitución, se ha encubierto con el término de la “judicialización de la política” como arma arrojadiza por los corruptos, los incumplidores de la norma, cuando son llevados a la forma de decidir las disputas legales, es decir, se les lleva ante el Juez para, con la transformación que se pretende por Sánchez y sus secuaces, pasar a la politización de la justicia que no es otra cosa que la famosa “guerra jurídica” por la cual se pretende investigar políticamente a los jueces y deducir su responsabilidad por haber aplicado la Ley; es decir, pasamos de perseguir a los políticos, con la ley en la mano, para perseguir a los jueces, abogados, ciudadanos, etc. que, con la ley, persiguen a los políticos.
Que los jueces deben responder por sus decisiones es algo que no merece discusión pues, como todos, deben de estar sometidos a la responsabilidad correspondiente y que debe de establecerse un modo más riguroso para deducirla de forma adecuada, puede ser algo exigible, pero siempre deberá de ser un órgano judicial, especializado o no, aquel que debe exigir y resolver la cuestión, como para el resto de ciudadanos.
Todo lo que suponga una reestructuración de la división de poderes afectará al Estado de derecho, a la democracia y a la Constitución, lo haga Agamenón o su porquero y si, con la amnistía, con los pactos ocultos y no explicitados, se está promoviendo la famosa lawfare (guerra jurídica), la transformación “por membríscalos” del CGPJ, etc. significa que “YA” no estamos en democracia.