¿Y si VOX tomara la iniciativa?
España se encuentra en una situación política muy delicada ya que no hay nada más grave para una nación que el riesgo de ruptura de su unidad. A esta situación hemos llegado en el marco de una Constitución que, llenos de la mejor voluntad, aprobamos en 1978, el 87,8% de los votantes y con una participación del 67,1 % del censo electoral. Sin embargo, la gestión política ha favorecido tendencias rupturistas e insolidarias, haciendo que España tenga que dedicar muchas energías para lidiar con todo ello, en detrimento del sentimiento de patria común, que es clave en todos los países del mundo y desde luego en los europeos de nuestro entorno.
Hubiese sido excelente que, en su momento, los partidos nacionales hubieran acordado la norma que ahora reclama Feijoo, de que sea “la fuerza política ganadora en elecciones generales la que debe gobernar”, lo cual hubiera evitado que la política nacional quedara sometida al chantaje de la minoría que vota a partidos rupturistas y localistas. No obstante, no hay ningún impedimento legal a que, en el futuro, se llegase a un acuerdo en ese sentido, lo que, en todos los niveles de gobierno nacional, autonómico y local, impulsaría la formación de coaliciones pre-electorales, facilitaría la constitución de los gobiernos, daría más independencia al Legislativo frente al Ejecutivo y mayor claridad a los ciudadanos sobre el sentido de su voto.
En este agosto de 2023, la clase política española parece incapaz de ofrecer alguna solución a la situación actual. Los precedentes del presidente Sánchez de hacer todo tipo de cesiones para mantenerse en el poder hacen temer lo peor. ¿Qué cabe esperar de quien ha golpeado duramente al Estado de Derecho al ser capaz de modificar el Código Penal, eliminando el delito de sedición y modificando el delito de malversación, para lograr así el apoyo político de delincuentes? Es de sobra conocido que prometió unas cosas en la campaña electoral e hizo lo contrario para llegar al poder. Pero el precedente de Rajoy tampoco es bueno. Cuando tuvo mayoría absoluta, en 2011, no tuvo visión de Estado y no derogó las leyes ideológicas de Zapatero ni supo enfrentarse al incremento de la gestión antiespañola que la Generalitat realizaba. Después ya sin mayoría absoluta, fracasó tras redactar una excelente aplicación del 155, frente al golpe de Estado de la Generalitat de 2017, ya que lo desactivó al convocar, a la vez, elecciones autonómicas catalanas para apenas un mes y medio después.
En suma, España no puede esperar su reafirmación como nación por parte de un PSOE sanchista, caudillista y antiespañol. Tampoco de un PP que guarda silencio ante lo que habría que hacer y que parece que considera a VOX su enemigo principal en lugar de su aliado natural. ¿Cambiará el PSOE? Parece impensable que el partido, y menos los diputados, se rebelen contra el control total que ha implantado Sánchez. ¿Cambiará el PP? Es más probable que aparezcan presiones internas en ese sentido, pero no se ven en el horizonte. ¿Qué hacer mientras no se produzcan cambios en las posiciones del PSOE y PP?
VOX es el tercer partido del Congreso, con 33 escaños; el 23J ha perdido 19 de los 52 que tenía. Esa es su realidad actual. Probablemente la causa de ello se deba a la presión del “voto útil” y a defectos internos de comunicación de sus políticas. Sin embargo, tiene en su haber el ser un partido nacional que dice lo mismo en toda España y contar con un líder valiente, claro y carismático. Se echa en falta una mayor comunicación a los ciudadanos de su posición sobre temas controvertidos, que se usan y manipulan por sus enemigos y adversarios para tildarlo de extrema derecha. Ejemplo de tales temas son los siguientes: inmigración, violencia de género, patria española, europeísmo, universalismo, islam, subvenciones a sindicatos y ONGs ideológicas, lenguas regionales, armonización autonómica, competencias en educación, sanidad y otras, promoción de la empresa, del mercado y del empleo, etc. Por ello sería bueno que VOX redactara breves documentos sobre estos temas y que se cuelguen en la web. A título de ejemplo cabe citar el documento sobre cómo enfrentar la violencia contra la mujer que VOX difundió en junio pasado, tras una intervención de Abascal en los medios, y que resultó muy clarificador y contundente.
Sin embargo, ahora, en paralelo a intensificar la comunicación pedagógica de su partido, Abascal tiene ante sí una posibilidad interesante ante la próxima constitución de las Cortes el 17 de agosto y el proceso subsiguiente de elección del próximo presidente del Gobierno. Esta posibilidad consiste en tomar la iniciativa y, desde sus 33 escaños, hacer una propuesta a los dos grandes partidos nacionales: que acuerden un Gobierno de Concentración Nacional, PSOE-PP, con el apoyo de VOX, para librar a la política española del chantaje independentista y antiespañol, respetando las siguientes líneas rojas:
Primera: Derogar las Leyes de Memoria Histórica y Democrática, nacional y autonómicas. O, en su defecto, suspender su aplicación hasta unas futuras elecciones generales, ya que esas leyes atacan al espíritu de Reconciliación que inspiró la Transición.
Segunda: Afirmar el Estado de Derecho, lo cual exige la separación de los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. La necesidad más inmediata es lograr la independencia del Poder Judicial lo que requiere que la elección del Consejo General del Poder Judicial se realice, como se hizo al principio de nuestra Constitución, permitiendo que doce de sus miembros sean elegidos, por los miembros del Poder Judicial.
Tercera: Evitar las puertas giratorias que permiten a Jueces y Fiscales ser nombrados para puestos del Ejecutivo (Ministros, Secretarios de Estado, Consejeros, Directores Generales) y luego reingresar en la carrera judicial o fiscal
Cuarta: Recordar que la soberanía del pueblo español es el elemento clave de nuestra democracia, que no debe bajo ningún concepto fragmentarse en 17 soberanías autonómicas.
Quinta: Recordar que la Constitución se fundamenta en la unidad indisoluble de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles” redactar con urgencia de políticas que reafirmen el sentimiento de españolidad y solidaridad nacional.
Sexta: Reafirmar el papel del castellano como lengua común y propia de todos los españoles, y por tanto su carácter vehicular en toda España, en línea con lo que proponía el art.50 de la Constitución de la República de 1931. Recordar también que “Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos”
Séptima: Centralizar los contenidos educativos, como competencia del Estado, a fin de evitar que existan 17 Historias o Geografías diferentes, lo que no impide que en cada región puedan incluirse los correspondientes anexos regionales.
Octava: Reafirmar que la política exterior es competencia exclusiva del gobierno de la nación por lo que todas las representaciones en el extranjero deben estar sometidas a las correspondientes embajadas de España. Reforzar los lazos con todos los países iberoamericanos, así como lo vínculos de amistad y cooperación con los países vecinos del norte de África.
Novena: Elaborar políticas de Estado de integración nacional, tales como un Plan Hidrológico Nacional, y amplios Planes de Reforestación, con la finalidad de lograr un aprovechamiento óptimo de los recursos y la promoción del desarrollo de la España Vaciada.
Igualmente habría que acordar pactos de Estado sobre el tema de Pensiones, reducción de la Deuda y del Déficit Público.
Décima: Acordar una política de Estado de regulación de la inmigración, consensuada con Europa, con especial asistencia a la inserción cultural de los inmigrantes ya instalados en España, y especial apertura a los inmigrantes iberoamericanos.
La totalidad o mayoría de estas líneas son aceptadas por una gran mayoría de socialistas, así como por los votantes de centro derecha y por los electores de partidos no independentistas. ¿Qué ganaría VOX con hacer esta propuesta? Dejaría clara su postura ante temas de Estado e impulsaría a que PSOE y PP clarificaran sus posturas y dieran prioridad a promover la convivencia democrática nacional que es urgente en estos momentos.