VOX: una realidad, mal que pese a todos

La irrupción de VOX en el panorama político e ideológico nacional, autonómico, municipal y europeo, ya lo verán, que es patente.

Después de ser ninguneado, insultado y, peor aún, despreciado con esa terrible falta de aprecio con que se castiga a los que se quiere condenar a la no existencia, así como objeto de mofa, escarnio y de ataques incluso físicos, su triunfo electoral en Andalucía ha supuesto la mejor respuesta a todo ello, porque las urnas no engañan como las encuestas y, lo quieran o no todos los demás, ahí están los resultados. A partir de ahora, todos, incluidas las tertulias de amigos y familias de cualquier tendencia, tendrán que hablar de VOX porque forma parte de la actualidad ineludible; otra cosa es el tono que empleen.

De VOX se ha dicho de todo y por todos: extremas derechas residuales, peperos y ciudadanos –liberales, masones y no se sabe muy bien qué a estas alturas–, extrema izquierda –en España la izquierda siempre ha sido y es extrema, sea PSOE, PCE, IU, Podemos o los otros– y también, claro, por los secesionistas de todo pelaje y región, algunos de ellos aún desde la trena gracias a VOX; hasta la Iglesia, directamente en algún caso puntual, pero sobre todo a través de sus medios (13TV y COPE) que no han parado de demonizarle. Y se ha dicho que son emanación del sistema, jugada del PP, satélite sionista, ultra derecha, fascistas, anticonstitucionalistas, homófobos, racistas, xenófobos, machistas y vaya usted a recordar cuántas cosas más.

Pues bien, para unos y otros, que para todos hay, y que cada cual sabe cuál es la vela que le toca aguantar, lo que sí está ya claro a estas alturas es, cuando menos, lo que sigue gracias a VOX:

* Que se haya acabado con más de tres décadas de férreo feudo socialista en Andalucía.

* Que por fin se haya levantado la prohibición de abordar con realismo y abiertamente temas tan esenciales como son la imposición de la ideología de género y la falacia de su violencia, la desmemoria histórica y la invasión inmigratoria. Incluso por parte de medios de comunicación que hasta ahora siempre habían callado y mentido descaradamente.

* Que muchos se hayan deshecho del complejo de ser, sentirse, querer y no poder exteriorizar su españolidad.

* Que el PP, sobre todo, y Ciudadanos también, aunque sea con la boquita pequeña, sin convicción alguna y mintiendo como bellacos que son, hayan tenido que cambiar en buena parte su discurso… repetimos: aunque sólo sea de cara a la galería, lo que antes ni por asomo hacían.

* Que la izquierda se hayan quitado en buena medida la piel de cordero pretendidamente democrática y muestren en las calles su esencia violenta y totalitaria.

* Que todos estén de los nervios, confusos y no pocos con ataques de pánico.

* Que el sistema haya demostrado con sus ataques desde todos los ámbitos y con toda su fiereza, que VOX no es emanación suya ni jugada de ninguno de sus componentes.

* Que los que están hartos hayan encontrado un tren al que subirse que les ha devuelto la esperanza de ver, al menos, la luz, aunque sea tenue y al final de un túnel muy, muy largo.

* Que muchos se sientan, por fin, agraciados por la suerte y la victoria.

* Que se atisbe la posibilidad, si no de derrotar al sistema, al menos de ralentizar su desbocado avance; paso previo e imprescindible para, quién sabe si frenarlo y, quién sabe aún más, si comenzar a destruirlo. ¿No rezamos para ello? ¿Y si este es el renglón torcido de Dios y su camino insondable?

Se mide la importancia de alguien por la calidad, fuerza y reacciones de sus adversarios y enemigos. Pues bien, abran los ojos los abducidos, ensimismados, puristas, indecisos, desconfiados y desmoralizados que sienten, quieren y son españoles y decídanse de una vez, porque el tren ha echado a andar, pero necesita carbón, manos y cabezas no sólo para seguir en marcha, sino aún más, para coger velocidad y poder arroyar a los múltiples y grandes obstáculos que tiene en el camino. De otra forma, los culpables del fracaso –por desgracia deseado en su fuero interno incluso por muchos “patriotas” y “bien intencionados” no será culpa de los que ahora se han subido a él, sino de los que no lo han hecho. De otra forma, el sistema le hará descarrilar y ya no habrá remedio al menos durante décadas que serán de negra obscuridad.

Por último, los que se quejan de que en Andalucía se debería haber presionado más, obtenido más o incluso haber ido a nuevas elecciones, que piensen lo siguiente:

* Lo que se ha conseguido por primera vez y en condiciones de franca inferioridad: relajación de la memoria histórica, Consejería de Familia, promoción de la natalidad, auditorias, control de subvenciones, educación concertada y diferenciada, posibilidad de los padres de impedir que sus hijos tengan que asistir a cursillos de adoctrinamiento ideológico y de género, afianzamiento de los cuidados paliativos, ayudas reales a las embarazadas como medida primera en contra del aborto….

* Que los secesionistas vienen haciendo este juego desde hace décadas, obteniendo los frutos deseados ahora, después de mucho bregar; sí, ya sabemos que con la colaboración de liberales y demás traidores, pero es prácticamente la misma coyuntura, bien que esperemos que por poco tiempo y que VOX consiga mayorías pronto.

* Que por mucho que se hubiera seguido apretando nada más se hubiera sacado, porque tampoco más podían dar los peperos sin entrar en crisis interna, a lo que no estaban dispuestos; tan mal está el PP, tan podrido y corrompido que todavía muchos no se lo pueden ni imaginar.

*Que el reglamento del parlamento andaluz no deja claro que Moreno se hubiera podido presentar en una segunda oportunidad, lo que hubiera dado pie a la izquierda a liarla o al menos a confundir sobre su legalidad y legitimidad.

* Que nuevas elecciones eran un peligro, porque existía la posibilidad de que PSOE y Podemos fueran en coalición y sobre todo que mucho sociata que se abstuvo por cabreo, hartazgo o simple pereza al creer las elecciones ganadas, fuera ahora a votar.

Que VOX presenta debilidades, inconsistencias e incluso fallos, es evidente. Que no se coincide al cien por cien con él, pues ya lo sabemos pero… ¿quién llega a ese grado de coincidencia ni si quiera con su esposa o marido o hijos y no por ello la familia funciona? Pero por eso, por eso mismo, ahora hay que subirse a su tren y los que se consideran mejores integrarse en él, asumir responsabilidades grandes o pequeñas, y no sólo afianzarlo, sino más importante aún: evitar que se desvíe, que los infiltrados que ya habrá se hagan con él, que sea absorbido, fagocitado o, peor aún, domesticado por el sistema, por los demás. Es la hora de alzarse por España con lo que hay, luego ya veremos, pero primero hay que, al menos, parar al sistema, presentarle cara, mostrarle que, si hace falta, los hay dispuestos a caer combatiendo que… mirando desde la atalaya engreídos de sí mismos. ¿Que hay riesgos? ¿Que puede salir mal? Y qué es la vida sino incertidumbre, riesgo, dudas… Que VOX no es perfecto. ¿Y qué obra humana lo es?

Si así se hace, España y nuestros descendientes nos lo agradecerán y podrán seguir la estela que ahora sólo se dibuja tenuemente; si no, nos lo demandarán.

 

Enríquez de Aguilar

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