Un perfecto calculador
Es el presidente Sánchez, cuando ya ha decidido dar por perdido el feudo valenciano, habida cuenta de los lastres judiciales y políticos que últimamente arrastra el valenciano Ximo Puig, que con toda probabilidad el próximo mes de mayo acabará perdiendo la presidencia de la Generalitat valenciana.
Y lo comento a cuenta del Consejo General del Agua, donde el Gobierno socialista ya ha resuelto unilateralmente modificar el último acuerdo que tenía con las Comunidades Autónomas afectadas, sobre el Trasvase Tajo-Segura, recortando el trasiego del precioso y escaso elemento a las provincias de Alicante, Murcia y Almería (el primero ya desahuciado y los otros dos feudos fuera de los tentáculos socialistas) y a la vez dejar de subvencionar el agua desalada en la costosa planta de Torrevieja, que pasaría a triplicar su precio actual (en condiciones normales el agua desalada cuesta cinco veces más que la del trasvase), y por consiguiente todo ello afectaría a una de las zonas hortofrutícolas más ricas de Europa.
Este trasvase, con 292 km de longitud, es una de las obras hidráulicas más grandes realizadas en España, diseñada en la II República, ejecutada por el gobierno franquista (que casualidad), e inaugurada en 1979.
Y lo más curioso, es que con el programa actual del Trasvase Tajo-Segura, no se perjudican en absoluto las zonas por donde transcurre el Tajo, puesto que siempre, y es la esencia de los trasvases, se trata de aprovechar los «excedentes» de esta cuenca.
Pero aprovechando, tanto la desinformación general sobre el tema, como y sobre todo, el interés electoral del presente año 2023, Sánchez, como buen manipulador que es, ya ha resuelto no malgastar cartuchos en causas perdidas, y prefiere asegurar un buen resultado electoral para García-Page en Castilla La Mancha, y a los valencianos, murcianos y almerienses que les den morcilla, pues fiel a su ideario, sus intereses personales siempre van a estar por encima de los de España.