Un matrimonio unido hasta la muerte: Juan de Padilla y María Pacheco

El 18 de agosto de 1511, en la hermosa ciudad de Granada, contrajeron matrimonio María López de Mendoza y Pacheco (1496-1531), de quince años de edad, y Juan López de Padilla y Dávalos (1490-1521), próximo a cumplir los veintiún años. De Granada ella, de Toledo él.

Un enlace concertado e inicialmente no deseado por ella, aceptado por él, que se extendería a lo largo de casi diez años. Una verdadera historia de amor que se forjaría muy temprano, poco después de consumarse la unión sacramentada. El ajusticiamiento por decapitación de Juan de Padilla, aquella aciaga jornada del 24 de abril de 1521, de apenas treinta radiantes primaveras cumplidas, impondría un trágico final a tan fascinante, atractivo y férreo matrimonio. Diez años de luto, una década de dolor, exilio y sufrimiento acompañarían a María Pacheco hasta su postrero reposo. Con treinta y cuatro años moría en Oporto, enferma y aquejada de una profunda aflicción, excluida del Perdón General (1 de noviembre de 1522) y condenada a muerte en 1524, por el rey y emperador Carlos I. Su temprano fallecimiento, en penosas condiciones de vida, se producía en el año de 1531.

La pareja, muy bien avenida, disfrutaba de una felicidad y alegría que muchos no se hubieran atrevido a vaticinar, una vida tranquila y familiar que no permitía pronosticar un violento final conyugal, por imperativo real, nunca mejor dicho. Fruto de esa complicidad marital, compartida con entusiasmo y complicidad, nacería un vástago. Su nombre, Pedro de Padilla, era el año 1516, estando todavía en tierras granadinas. Pero, su corta vida finalizaría en 1523, en Alhama de Granada, aquejado probablemente de peste, la cual le produjo fuertes dolores y graves quebrantos en sus últimos momentos. Muerto su padre y alejado de su madre, que había partido hacia su exilio en Portugal (4 de febrero de 1522) dejándole a buen recaudo, moriría huérfano de hecho en su recién iniciada infancia. Un dolor que agigantaría la pena cronificada de “la Leona de Castilla”, o de “la Brava hembra”, como así la reconocía el pueblo y sus enemigos más acérrimos.

María y Juan, tenían distinto carácter, distinta posición social e incluso distinta formación intelectual. Estas cuestiones lejos de ser motivo de distanciamiento entre los cónyuges, acrecentaron una simbiosis de dos temperamentos y dos personalidades dispares, pero no enfrentadas, menos aún excluyentes. Todo ello pese a la perversidad de las gentes maledicientes, siempre dispuestas al comentario despreciativo hacia él, sobre todo.

Litografía de Juan de Padilla. S. XIX.

La ascendencia familiar de María era de altísima cuna y dignidad. Por línea paterna su bisabuelo era Iñigo López de Mendoza y de la Vega (1348-1458), I marqués de Santillana, conde del Real de Manzanares, XI señor de Mendoza, III señor de Hita y III señor de Buitrago, eminente autor de excelentes composiciones poéticas; su abuelo era Iñigo López de Mendoza y Figueroa (1419-1479), hermano de Diego Hurtado de Mendoza y Suárez de Figueroa (1417-1479), I duque del Infantado, primogénito que heredó los títulos familiares a los que añadió el de señor de Álava y de las hermandades de los valles de Asturias de Santillana; hija de Iñigo López de Mendoza y Quiñones (1440-1515) I marqués de Mondéjar y II conde de Tendilla, reconocido como el Gran Tendilla en los anales de la historia y las crónicas de la época. Así pues perteneciente a la Casa Mendoza, al Marquesado de Mondéjar y al Condado de Tendilla. Sobrina de Diego Hurtado de Mendoza y Quiñones (1444-1502) Familia de distinguida, estirpe de pujanza e influencia política, militar y eclesiástica en toda Catilla.

Pese a la diferente condición social, María supo adaptarse a un estilo de vida más austero, con menos riqueza y fastuosidad. En absoluto ello fue un impedimento para asentar una unión fuerte e inquebrantable. Políticamente, siempre estuvo atenta a las cuestiones de su marido, temerosa de la seguridad y de la valentía que manifestaba en su posición de negarse a acatar las pretensiones reales. Después, asumió su ilusión por el proyecto comunero, más aún cuando tuvo conocimiento de su ajusticiamiento.

Desde entonces, sintió la necesidad de mantener viva la memoria de quien para ella fue todo, poniéndose al frente de Toledo y enfrentándose con el rey. Su fervor era real, sincero y fiel al sueño de Juan de Padilla. Su pertinaz resistencia en la ciudad imperial prolongaría el conflicto casi diez meses más. Su arrojo, valentía rayana con la temeridad, fue un tributo generoso y ardiente a un esposo que había entregado su vida en la defensa de altísimos principios y valores. Hasta su muerte, jamás claudicaría en sentir como propio, de manera incontestable, el sentimiento que vivieron los comuneros. Nació en una familia realista, pero murió con corazón y cabeza comunera.

Su osadía de enfrentarse al todopoderoso Carlos I, la excluyó del Perdón General y la condenó a la pena de muerte. Los intentos de sus familiares, intercediendo por ella ante el soberano, no fructificarían. Su Cesárea Majestad, de manera imperturbable y reiterada, se oponía a indultar a quien había cometido, como su marido, un gravísimo delito castigado con la pena capital, el delito de lesa majestad , es decir, un delito de rebelión y desobediencia contra el ya proclamado emperador. Ocupaba el sexto lugar en la lista de los excluidos del indulto.

Veinte años de amor sin fisuras, profundo y entregado en ella, diez en el caso de él, son una de los episodios más atractivos y conmovedores de la historia de España. Muy pocas veces un matrimonio se entrego a una causa, tan noble como casi imposible, dando todo, posición, tranquilidad, familia al servicio de un sueño común.

José María Nieto Vigil

Profesor. Doctor en Filosofía y Letras. Licenciado en Historia Antigua e Historia Medieval. Diplomado en Magisterio y Teología Fundamental. Estudios Superiores de Egiptología. Conferenciante y colaborador de medios de comunicación. Ex Presidente Provincial de Palencia de FSIE (Federación de Sindicatos Independientes de Enseñanza). Presidente fundador de Vox Palencia.

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