Un Gobierno incapaz
El Gobierno garantizará por ley la paridad en el Consejo de Ministros, las listas cremallera y la empresa privada
¡Están desesperados! El extremismo y el ridículo se han apoderado de los asaltantes del Gobierno español.
Ya se han dado cuenta de que no pueden conseguir el voto de los ancianos; ni de los jóvenes: los que quedan aquí y los que se han tenido que ir; ni el de los niños, ni el de los inmigrantes, ni el de los trabajadores por cuenta propia o de los trabajadores que ganan su sueldo y el sueldo de millones de trabajadores que viven a costa suya con más derechos, más vacaciones y sueldos desproporcionados.
Se han dado cuenta. Y por eso han salido en tromba a embaucar a miles de mujeres (tal vez pensando que son más fáciles de engañar que los hombres. ¡Vamos…; eso sería el colmo!).
Como siempre, calculando fechas (el ochoeme), estrategias (me quito la corbata), palabrería ambigua (negacionismo, resiliencia, procrastinación, cualquier cosa + sostenible,…). La verdad, para una inteligencia común y corriente, del montón, como la mía, estas triquiñuelas son bastante evidentes, por lo tanto, supongo que si no pueden pensar nada más inteligente es porque hay escasez de ella en ese grupito.
Como siempre, otra vez, también hay errores en esta ley electoralista del sanchismo, porque se está discrimando a un colectivo tan digno como los demás de tomar las riendas del poder en el Gobierno y en las empresas privadas: los homosexuales y homosexualas, y los transexuales y transexualas.
¿Por qué tiene que haber solo hombres y mujeres en los cuerpos de dirección? Debería haber hombres, mujeres, gais y lesbianas.
Sánchez pretende, con esta ley, seguir apartando de la sociedad, seguir discriminando a un colectivo que ha sufrido terriblemente la opresión de los que se consideran “normales” desde el origen de la humanidad.
Tenemos un presidente con muchas caras. El desprecio que está demostrando Poliedro Sánchez con esta ley, al colectivo LGTBI, es notorio y vergonzante.
Si yo fuera gay (y tengo muchos amigos que lo son. Y lo son con gran dignidad) ya estaría pintando una pancarta que dijera: “Tu sueldo. Que te lo dé Mohamé”.
Por otra parte, estoy pensando que, si combinamos la ley de Podemos con la que puedes cambiar de sexo instantáneamente, cualquier gobierno podría estar integrado de hombres y mujeres en la proporción que uno quisiera. ¿Lo habrán hecho a posta?
Por ejemplo, Nadia Calviño podría ser un hombre (se evitaría la depilación) o Marlasca podría ser un hombre…
He pensado también en las presidencias que suelen ser unipersonales, y se me ha ocurrido que Sánchez podría ser dos años hombre y otros dos, mujer. O mejor, un año cada cosa: hombre, mujer, homosexual o travesti con falda de cuero roja.
En fin, señores… Que esto está ya en los dolorosos estertores. Creo que la Comisión Europea debería evitar que Sánchez tome las riendas de la Unión Europea porque si no, tendremos que dar por válidas las profecías de Garabandal y el Fin del Mundo.
Lo único bueno que veo en todo esto es que, si al principio de la legislatura, Sánchez nos ilustró con su libro Manual de resistencia, ahora podría escribir un libro con este título: De cómo destruir un país y un partido en tan solo cuatro años.