Un congreso que pierde aceite
Se dice que un tonto era tan tonto que se presentó a un concurso de tontos y se llevó el segundo premio; no ganó el primero, por tonto.
Continuando con el mismo tema, Zapatero ha estado en el Congreso del PSOE con su inimitable talante pontificador, recordando a las intelectuales del la Segunda República, y convirtiendo las simplezas más pueriles en conclusiones de tesis doctoral.
De repente ha desaparecido el PSOE de izquierdas y ha aparecido la SOCIALDEMOCRACIA. Nueve mil personas acudieron al congreso y allí se enteraron de que ellos no eran socialistas sino socialdemócratas; y todos aplaudieron. Si Pablo Iglesias (el original) levantara la cabeza…
Ahora resulta que el PSOE se está destiñendo y perdiendo la agresividad propia de la lucha de clases. Pretende esconder su odio a todo el que no se le someta hasta que vuelva a ganar las elecciones. Ahora aparece con un rojo empalidecido y apastelado, mucho más suave y dulzón. Pero eso no lo han decidido los nueve mil que fueron al congreso, lo han decidido unos cuantos. Pero todos callan, todos aplauden, todos son obedientes y serviles. Ya decía Alfonso Guerra que “El que se mueve, no sale en la foto”. Ese ha sido siempre uno de los principales pilares de cohesión del partido, reforzado con la también socialista frase: “Fuera hace mucho frío”.
Este congreso ha pretendido marcar la senda electoral para los dos próximos años. Aunque en “Herrera en COPE” hay quien sospecha que es posible que se anticipen, a tenor de las decisiones populistas compradoras de votos que ha tomado el Gobierno en las últimas semanas. Me cae bien ese “Carlitos”, es listo, ingenioso y ocurrente, a la vez que simpático y respetuoso, aunque esto último, con ligeras imperfecciones. De todos modos, si en el arte hay algo que sea merecedor de culto, son sus ancestrales programas sobre la Copla Española. Gracias don Carlos.
Vaya, en el párrafo anterior me he desviado del tema que inicié al principio del texto. Pero en seguida lo corrijo.
Zapatero en el congreso echó pelillos a la mar por aquellas divergencias que tuvo hace tiempo con González y, más recientemente, también con Sánchez, y se abrazó a ambos con fervorosa vehemencia. Es terriblemente volátil y moldeable.
A partir de ahora, el PSOE va a ser el partido del feminismo. Me extraña que no hayan explotado el tema del ANTIFASCISMO que tanto gusta entre sus votantes. Tal vez, ya se han dado cuenta de que con ese tema solo pueden exacerbar los ánimos (y los cayados) de unos cuantos nonagenarios medio ensordecidos.
Ya empezó Zapatero durante su inefable gobierno, al nombrar parejitas de ministro, chico-chica, pero Sánchez le ha tomado la delantera: en la nueva directiva, la proporción de mujeres será del 60%. Es decir, quedará fuera del ministerio gente que pudiendo tener más capacidad intelectual, carecerá de ciertos atributos, al parecer imprescindibles para la buena administración de un país.
Es curioso ver con qué facilidad cambia la gente de ideología. Pero quizás me esté equivocando.
Creo que todos los nueve mil asistentes saben perfectamente que su ideología, la ideología del odio, de la solución sangrienta, del aniquilamiento, el exterminio de los rebeldes, de la corrupción, de la mentira como instrumento manipulador, … decía que, ellos creen que su ideología es inmortal e invencible, digna de adoración y abnegada sumisión; aunque que en algunas ocasiones, sea conveniente disfrazarla con tonos pastel para que pueda sobrevivir cien años más. Renacerá, no tengan la menor duda, con más violencia y desprecio si cabe, tras ganar las próximas elecciones. El rebaño es sumiso y homogéneo, y se une apretadamente ante el aviso del lobo que hace el pastor, aunque sea mentira.