Un beso politiza el fútbol femenino
Un beso politiza el fútbol femenino… y sobre todo muestra la gigantesca y apabullante hipocresía que hoy día impera en el Planeta Tierra.
Si empezamos por los de casa, primero tenemos a la ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero y al Gobierno en pleno, abanderando la petición de dimisión de Rubiales, por considerar el famoso beso como una agresión sexual, cuando ese Gobierno ha permitido la ley del “solo si es si” y la consiguiente excarcelación y rebaja de penas a numerosos delincuentes sexuales, sin que se haya producido una sola dimisión en todo el ejecutivo.
Y por los de fuera, tenemos a la FIFA, metiéndose de lleno en el asunto cuando ellos permitieron el Mundial de Qatar de 2022, en donde los derechos de las mujeres están triturados y ni pueden estudiar, trabajar, casarse, y viajar, sin el permiso de los hombres.
Y por si eran pocos los hipócritas, aparece hasta la ONU, para condenar el beso de Rubiales, porque al parecer a este Organismo, al no tener nada mejor que hacer, le sobra tiempo, por tener ya resueltos todos los graves problemas que asolan los cinco continentes.
Y luego están los dos protagonistas del suceso. Por una parte, Jennifer Hermoso, meritoria campeona del mundo de futbol femenino, que después de manifestar espontáneamente que fue consentido y que no le dio ninguna importancia al “piquito”, se dejó atrapar por los poderosos lobbies ultrafeministas (incluidos casi todos los medios de comunicación del país), para cambiar su versión, y hacerse la víctima sexual.
Y por la otra parte, tenemos al cuestionado e impresentable (sobre todo por las formas) presidente de la Federación Española de Fútbol, que hasta la fecha ha estado protegido por el Gobierno del PSOE (al que siempre, tanto él como su familia han estado adscritos), a pesar de las sospechas de numerosos casos de corrupción en su entorno, pero que les ha venido como anillo al dedo para quemarlo vivo y así hacer que todo el país nos olvidemos de los indignantes manejos políticos que Sánchez está perpetrando con los partidos declarados enemigos de España, así como de las penurias económicas que muchísimos españoles están pasando ante el elevado coste de vida.
En fin, desgraciadamente esta es la España que los españoles nos hemos dado.