TWITTER Y EL CONGRESO JUDÍO MUNDIAL: MORDAZA DIGITAL
Ya es bien conocido entre muchos de nosotros que en 1964, la CIA acuñó el término “teoría de la conspiración”, así como “conspiranóicos” para quienes cuestionaran la narrativa oficial del caso Kennedy y su investigación. Partiendo de esta base, creo que podemos sacar otro tema políticamente incorrecto, que es el de la imposición absoluta de una versión cuestionada por muchos. No “negada”. Sino “cuestionada”. Una de las cosas que tiene el periodismo de investigación, muy necesario para elaborar noticias, es la de que hay que refutar un mínimo de datos. Ha sido curioso ver cómo a lo largo de estos dos años, esas voces disidentes se silenciaban, tras ridiculizarlas.
Por culpa de Internet, se dice, han crecido los bulos. Si se visibiliza sólo una versión y no se puede rebatir, negar o analizar desde un punto de vista alternativa, no podemos decir que hay libertad de expresión. Porque cuando se impone un único camino, no es democracia. Es dictadura.