Si la mierda se mueve huele más
¿Para cuándo los políticos vengan a servir, a trabajar honradamente, a realizar una labor para la que están preparados y volver a sus trabajos o irse rápidamente por comprobar que no sirven?
Hemos escuchado unos audios de Cospedal que dan arcadas y que debieran de cursar el oportuno reproche, pero la reacción de Iglesias resulta repulsiva y corresponde idéntica corrección.
La primera, pretende hacer uso de una información ilegalmente obtenida con el fin de destruir a un adversario. Asco.
El segundo, pretende validar una actuación ilegal en la que participa para la construcción de su partido y además utilizar el actuar adverso para validar y limpiar la repugnante actuación en la que se encontraba. Vomitivo.
MAL por grabar ilegalmente y buscar la eliminación y MAL por cobrar ilegalmente de Venezuela y del cartel de la droga.
Aparecen los “cantigallos” de la izquierda con la foto de Feijóo en un barco con un narco, sin demostrar que supiera dicha actividad, de hace más años que el hilo verde y poco edificante, pero que no supone actuar delictivo del interfecto que, por otra parte, sabía que esto lo iban a utilizar.
Pero, se nos olvida el dinero de saunas gay con final feliz que aúpa a nuestro presidente al poder y cómo su mujer está en una cátedra sin tener siquiera el grado universitario.
Podríamos decir que Sánchez se acuesta con la hija de un proxeneta gay y sería tan injusto o cruel, como afirmar que Feijóo se encuentra con un narcotraficante o que Monedero dirigió el narco estado Bolivariano o que Ábalos recibió fondos del narcotráfico de Venezuela, recordar que el PP robaba y que el PSOE asesinaba con los GAL… lo malo es que todo tiene algo de verdad y de mentira… ese es el efecto “tú más”, vierte basura a los lados, pero no soluciona el olor de la mierda.
En el colmo de la estupidez, a la “Menistra de Igual-da” le preguntan por el pago de su niñera como funcionaria del ministerio y afirma que eso quedará en nada y ¿quién repondrá su honor?… pero querida mía, y la mierda que tú y los tuyos habéis echado, ¿quién la repara?, ¿quién devuelve a la vida a Rita Barberá, que murió de infarto por vuestra persecución?
En definitiva, ¿para cuándo echar a toda esta patulea de mangarranas y desgarramantas para exigir unos mínimos intelectuales, morales y formativos a quienes nos van a dirigir? No, no se trata de discriminar o simplemente exigir titulitos de plexiglás, sino exigir un alto grado de moralidad, de preparación, de formación y de una demostración de una vida al margen de la política, a la que sólo se podrá acudir para servir.
La verdad, la moralidad, la preparación, deberá de ser acreditada, y aquel que mienta, sea un inmoral o ilegal, le falte una neurona o la tenga patinante, deberá de pedir perdón, asumir su responsabilidad y abandonar la vida pública o ser expulsado sin piedad. El mentiroso no puede estar en la política, de modo que si miente a su familia, ¿cómo no nos va a mentir a los demás?
Políticos deben actuar en la economía y la gestión de forma eficaz y honrada, pero que desmonten las leyes ideológicas, que impidan la transformación social por ese medio, la sociedad se debe de mover en valores morales sólidos, avanzando en control al político, incrementando libertad, fortaleciendo la democracia y desmontando las leyes ideológicas que nos puedan llevar a modelos totalitarios o relativistas del todo vale.
Ese incremento de valores podrá ser de izquierdas o derechas, pero nunca desmontando los propios de nuestra idiosincrasia y fundamento, de este modo, recuerda, la izquierda incrementará la intervención pública y generará un Estado papá mayor, mientras que la derecha buscará la libertad privada y sin mermar la protección de la sociedad a la que se debe hacer un Estado sólido pero pequeño.
Cualquier intento de reconstruir ideologías pasadas y totalitarias, de uno u otro signo, debe de ser eliminado, impidiendo el blanqueo de unos y la persecución de otros… no todo vale.