Se veía venir

"El resultado electoral es fruto de esa falta de coordinación y ajuste de mensajes, de no jugar el partido hasta el último minuto y dar por ganado el mismo sólo con presentarse..."

Los errores se pagan siempre. Normalmente, se pagan con crueldad y en exceso, pero lo grave y doloroso no es el pago, sino conseguir comprender en qué consiste el error, subsanarlo, pedir perdón y actuar de otro modo en el futuro, es decir aceptar y resolver la situación.
         Dese hace tiempo, algunos venimos reclamando que la derecha se coordine, asuma sus posiciones, acabe con los discursos falaces de “extrema derecha” y salidas de tono estúpidas que no sirven para nada, que unos deben fortalecer los principios básicos y los otros acabar con el “cabo de la legión” que se ha metido en su neurona para necrosarla.
         El resultado electoral es fruto de esa falta de coordinación y ajuste de mensajes, de no jugar el partido hasta el último minuto y dar por ganado el mismo sólo con presentarse, despreciar al adversario y no comprender que las elecciones son el fruto de una puesta en escena que debe de contener un discurso sólido, serio, coherente y sincero con una presentación potente, sencilla, cercana y empática.
         Los políticos profesionales son cobardes, soberbios, y no escuchan al “perrito sin alma”, lo que les coloca en una posición próxima al error; pero, no comprender que el que sea más cercano será el que consiga mi atención, les lleva al fracaso. Por eso es importante que, ahora, sean capaces de comprender lo sucedido y asumir los errores propios, subsanarlos y trabajar por resolverlos con los demás.
          Finalmente llegó el día de los llantos y rechinar de dientes, el de las grandes victorias o las grandes derrotas, pero lo que sí nos ha dejado esta campaña, amén de una “jartá” de mentiras, es la evidencia de que la izquierda sabe jugar en equipo, que se coordinan perfectamente en favor de sus intereses, que el tandem es un modelo que saben utilizar, mientras que la derecha es estúpida por naturaleza, envidiosa y, sobre todo, individualista.
         Hemos visto cómo Sánchez ha pasado de no poder dormir con PODEMOS a darse el pico en público con SUMAR, que es la imagen renovada del anterior, con el que se encamó nuestro Pedro al día siguiente de las elecciones anteriores. Que repudia a VOX pero no se avergüenza de nadar en la ponzoña comunista, terrorista e independentista, para presentar esa zurriburri basura como el progreso.
         Por el contrario, Alberto ha sido incapaz de dejarse fotografiar con Santiago y este último ha sido incapaz de pactar, aun a riesgo de perder el gobierno. Uno y otro han hecho el bobo en Murcia, en Extremadura… A ver cuándo se enteran de que VOX es el hijo traicionado del PP, que el PP es el padre que defraudó a un hijo, pero que ambos son la misma familia, no hay extrema por ningún sitio, que los ultras no están ni en VOX ni en el PP, sino en la ultra izquierda, o lo que han dado en llamar la izquierda del PSOE, y que la colaboración entre las derechas, e incluso su refundación en una derecha única, es lo que les permitirá la victoria y salvar a esta España que ellos dicen defender.
         Estoy convencido de que, incluso si entre PP y VOX se dieran los números de gobierno, seguirían haciendo el memo (la Mema está en Madrid y es MonGa) sin alcanzar un acuerdo de gobierno de forma inmediata y sin complejos, con solvencia, valentía y seriedad, colocándose cada uno en la posición que le corresponde y que las urnas le pueden haber dado.
         Veremos cómo el PSOE hace números con quien haga falta, pues él no tiene escrúpulos, ni le darán arcadas por pactar con este o aquel, llegará a un acuerdo y nos dará otros cuatro años de medicina de izquierdas hasta que nos lobotomice a todos, que es lo que busca; dará igual que sea la ultra izquierda, el asesino terrorista blanqueado, los independentistas redefinidos, la cucaracha del congreso o su tía Paca, si le sirve para gobernar no tendrá el más mínimo problema en hacerlo y nadie en España estará legitimado para criticarlo, pues inmediatamente saldrán los palmeros, y los no palmeros, a cubrir la situación, blanquear el sin Dios y dar imagen de normalidad.
Ahora tenemos a un Pedro que ha perdido la elecciones pero, sin ningún tipo de vergüenza, asegura que hay una mayoría que quiere parar a la derecha que ha ganado las elecciones y tiene más votos que él. Pero da igual, hay que construir un relato que le permita seguir gobernando.
Es el único perdedor que en democracia no reconoce la victoria del adversario y acepta la derrota, eso no es mala educación, es parte del relato modificativo del modelo democrático.
El panorama es muy preocupante pues Pedro está dispuesto a hacer lo que haga falta con tal de seguir, como “Felipito Tacatum” (uf, qué viejo), está dispuesto a vender lo que haga falta y lo que le hace falta es vender España… ¿lo hará? ¿le dejarán los suyos? ¿le dejarán los otros? Bueno, si España ha sido capaz de vivir momentos más preocupantes y seguir viva a este zorropotronco, lo superaremos también, el problema es lo que nos tocará pagar…

Enrique de Santiago Herrero

Abogado. Máster en Ciencia Política. Diploma de estudios avanzados en Derecho Civil Patrimonial. Derecho penal de la empresa. Colaborador y articulista en diversos medios de comunicación escrita, radio y televisión.

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