Sánchez, un pésimo gobernante

Digo que Sánchez es un pésimo gobernante y no digo lo peor, porque lo peor siempre está por desarrollarse, igual que lo mejor. Todo es mejorable y todo es empeorable.

No obstante, pésimo significa sumamente malo. Y esto de malo, no lo digo sólo en términos morales, en el sentido de malvado, que también, sino en el significado de desfavorable, doloroso, torpe, negativo. Es decir, que aúna los dos sentidos de la palabra el de malo como cualidad personal relacionada con lo perverso, pero también con quien produce situaciones desfavorables y es negativo, en este caso para una sociedad, para el país.

Me voy a centrar en la segunda acepción y dejo la primera para los teólogos o especialistas en ciencias satánicas que tratan sobre la materia.

Ya he escrito en otros artículos sobre las deficiencias del sistema, es decir, de lo que se llama democracia. Este término no dice nada si no se matiza y se la califica, y ya sabemos que España es de las peores democracias occidentales actualmente, gracias al gobierno actual. Esto es, porque la democracia puede ser un sistema al servicio del pueblo o al servicio del poder político, como es el caso actualmente. El problema es que se entra en un circulo vicioso, los malos políticos desvirtúan la democracia y promueven a peores políticos y así sucesivamente, y si no se para el proceso, se puede llegar al totalitarismo bajo un supuesto y aparente sistema democrático. Esto ya lo podemos ver en países hispanoamericanos donde el llamado grupo de Puebla busca precisamente ese poder omnímodo de la izquierda aniquilando a la oposición y eliminando la alternancia de poder, que es una de las características de la democracia. La alternancia de poder es básica porque es un sistema de autocontrol de la democracia, permite poner límites a los extremos y centrar el rumbo de los países. Cuando un partido político como en España el PSOE se autoproclama como el único partido posible que defiende al pueblo, hay que echarse a temblar, porque lo que está diciendo es que no cree en la alternancia en el poder y en definitiva no cree en la democracia. Venezuela es un buen ejemplo y le secundan a corta distancia Bolivia, Méjico, Argentina y en camino de implantarse en Brasil, Colombia, Perú o Chile. En el llamado mundo civilizado, España sería lo más parecido. No olvidemos que los comunistas españoles, parapetados bajo el nombre de Podemos, son quienes han asesorado a muchos de esos gobiernos hispanoamericanos, financiados por cierto por países con sanciones internacionales como Irán, auto declarado enemigo de occidente. Nunca he entendido, por cierto, como es posible que un país con sanciones internacionales financie a un partido político en España, y ese partido no esté impedido de poder participar en procesos electorales. Se hecha en falta mas rigor en la política y menos alharaca y griterío parlamentario.

Vuelvo al tema del artículo, que me despisto hablando del sistema, porque lo considero fundamental. No creo demasiado en las personas.

Sánchez es malo para ESPAÑA, es negativo es muy desfavorable y lo es por múltiples razones que voy a enumerar, aunque se que me dejo muchas en el tintero.

Un primer motivo es que es un autócrata sectario. Un gobernante, gobierna para un pueblo donde hay múltiples sensibilidades, ideologías y creencias. En España esto es palpable, donde el partido de Sánchez, el PSOE, obtuvo un número de escaños muy por debajo de lo necesario para gobernar y para su objetivo de gobernar a toda costa, se tuvo que asociar a todos aquellos a los que en el proceso electoral dijo que “jamás se aliaría”. Hablamos de golpistas regionalistas catalanes, los comunistas y los continuadores de los terroristas vascos, ahora insertados en el parlamento (otra anomalía democrática).

Un buen gobernante ha de saber que hay muchos millones de españoles que votaron al PP y VOX que no tienen esa visión de la vida que promulgan sus socios separatistas y de ultra izquierda, incluso los de su propio partido y está obligado a respetarlos. Pero este sujeto no lo hace, más bien hace todo lo contrario. Pareciera que actúa con un rencor y una vileza propia de un hombre malo en el sentido moral del término. Sus leyes, muchas veces impulsadas por sus socios extremistas, solo buscan la división del pueblo y el enfrentamiento civil. Hay que recordar que la historia se repite por falta de conocimiento y de memoria, y esto ya ocurrió en los años 30 y promovido por los mismos grupos políticos de izquierda y separatistas.

En este sentido, pareciera que este pésimo gobernante ha leído El Príncipe de Maquivelo, pero solo una parte del libro, la que atiende a como lograr el poder de cualquier manera, ya sea con embustes, purgando a los no afines dentro de su grupo, aliándose a quien sea menester, etc. Pero no está atendiendo a la parte siguiente del libro, donde explica cómo mantener el poder, y que es gobernando para el pueblo, para todo el pueblo. Aunque ya escribí otro artículo sobre el Maquiavelo español, traigo a colación algunas de sus ideas de nuevo.

“Una de las cosas que más debe evitar un príncipe es ser despreciable y odioso” en esto Sánchez va de capa caída, cada vez le odian o menosprecian más.

“Son tan simples los hombres y tan sumisos a la necesidad de cada momento, que quien engaña encuentra siempre alguien que se deja engañar”. Aquí Sánchez es alumno avezado.

“Haga el príncipe cuanto debe por dominar y conservar el Estado, que los medios serán siempre considerados justos y alabados por todos, pues al vulgo lo convencen las apariencias…. Y en el mundo no hay más que vulgo”. Sánchez entiende bien esto y lo lleva a efecto.

“los príncipes deben dejar a otros la administración de los asuntos ingratos y reservarse para sí la concesión de gracias y beneficios. Esos “otros” son los podemitas y separatistas, él suele escabullirse.

“La mejor fortaleza que pueda darse el príncipe, es el amor del pueblo; porque, por más fortalezas que tengas, si el pueblo te odia no te salvará ninguna” Dadas las barbaridades que hace este gobierno es nuestro deber manifestarlas y lograr que sea muy odiado este sujeto, Sánchez.

Un segundo motivo es que trabaja activamente por la desunión de España, poniendo énfasis en los aspectos que dividen y si no existen, incluso inventándolos como son las leyes de género, la ley trans, memoria histórica. Un país dividido es un país débil y un país unido es un país fuerte. La importancia para los habitantes de ese país es que un país fuerte es más próspero, más seguro y respetado. Los independentistas trabajan activamente por la desunión para debilitar al Estado.

Un tercer motivo es que no tiene moral. Un gobernante sin moral, sin palabra, sin respeto por sus adversarios, refleja hacia la sociedad pésimos valores, y se genera un círculo vicioso complicado de romper hasta encontrar un gobernante con moral ejemplar.

Un cuarto motivo es que desprecia a su propia gente y no tiene ningún problema en destituir a quien no le baile el agua, con independencia de su valía profesional. Al fin, dado que es un autócrata solo cree en sí mismo y no en un grupo. Se ha cargado literalmente su partido, lo cual a mi me importe, dado que es un partido socialista, pero lo dice todo del sujeto. Esto lleva a que con el paso del tiempo, solo sobreviven los peores en su gobierno, eso sí el 50%, mujeres de cuota.

La lista de motivos podría ser infinita y le dejo al lector que piense en los que considere.

En la incipiente democracia española desde las elecciones de junio de 1977 solo hemos tenido siete presidentes de gobierno. Dos de ellos pésimos, Zapatero y Sánchez, siendo este último mucho peor que su antecesor socialista. El resto pienso que fueron hombres de estado y que todos tuvieron el error de ser condescendientes con los enemigos del España, es decir, los separatistas vascos y catalanes. Zapatero y Sánchez directamente se han convertido en sus aliados, lo más indigno que se puede hacer y esperemos que en próximas leyes, estos partidos sean excluidos del panorama político como ocurre en países de nuestro entorno como Alemania, Francia, Italia o Portugal.

Estoy seguro de que Maquiavelo tenía razón y este será el motivo de su caída en las próximas elecciones este mismo año, a Sánchez le menospreciamos y odiamos cada vez más españoles, hasta el punto de ser un jefe de gobierno que no puede salir a la calle sin su cohorte de aduladores para evitar las críticas del pueblo.

 

Jesus Ignacio de Lucas Gallego

Amplia experiencia profesional de 39 años en sector de energía y distribución en empresa de primer nivel internacional. Diversos ámbitos funcionales: planificación y control, económico financiero, desarrollo de negocios, estrategia, servicios globales y seguridad y medio ambiente, energy transition, electric car, mobility, energías renovables. Experiencia internacional por 8 años en tres países en Latinoamérica (Perú Argentina y Chile).

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