Sánchez aprende de los separatas y se apunta al victimismo ante el éxito de la manifestación
Nunca ha venido un refrán tan al punto come ese que dice: “dos que se acuestan en el mismo colchón se vuelven de la misma opinión”. Y es que desde que Sánchez y Torra se han convertido en compañeros de cama en la política a Sánchez se le han pegado los tics de los nacionalistas. El Presidente, como él dice, se ha apuntado a los lloriqueos y al victimismo de los catalufos separatas; que no de los catalanes que madrugan y hacen que Cataluña funcione.
En estas aguas revueltas, al pobre Sánchez se le ha perdido por el camino nada menos que un relator. Seguramente el susodicho relator estaría hoy disimulando entre los más de 200.000 manifestantes, tan difícil de encontrar como el famoso monigote de dónde está Willy. Y no me extraña: el relator se ha convertido en una figura non grata para todos los españoles de bien.
Sánchez acusa a la oposición de «enfrentar a los españoles» y ha asegurado que siempre ha mantenido la misma posición defendiendo el diálogo y la Constitución para resolver el problema independentista de Cataluña. De paso ha acusado a PP y Ciudadanos y la extrema derecha de «enfrentar a los españoles». Y como Calimero afirma: “Yo siempre apoyé al gobierno cuando estuve en la oposición para aplicar el 155”. Como si el 155 se hubiese aplicado en algún momento con Rajoy el Campeador.
Otro uso copiado de las técnicas victimistas de los indepes, ya que para Sánchez la culpa de la manifestación no es por ninguna felonía cometida o ninguna traición a España, sino que el responsable es el otro; y de paso negamos la mayor. Parece ser que esa España en blanco y negro que ve Sánchez solo es una España en negro.
No sé de qué color se verá nuestra nación desde el Falcon, pero mejor que aterrice y se gradúe la vista. Hoy Colón y los alrededores en Madrid han sido una explosión de patriotismo multicolor por la unidad de España demandando democracia y elecciones. Moncloa no puede permanecer okupada.