Repugnante y vomitivo uso de la muerte

En estos días, no hay más noticia internacional que el problema Palestino-Israelí y la misión del ejército de Israel de eliminación del terrorismo de Hamás, con una supuesta y perfectamente presentada imagen de genocidio por parte del ejército sionista.
         Es evidente que en las operaciones militares no se puede evitar la muerte de civiles, máxime cuando estas se realizan en ciudades habitadas y con un enemigo que utiliza a sus habitantes como escudos humanos para evitar cobardemente ser atrapados, como es lógico que la muerte de civiles sea considerada como una acción reprobable que precisa una justificación en el derecho internacional.
         No quiero justificar lo que está sucediendo en Gaza, pues me parece que cualquier muerte es algo que debe de ser reprobado y evitado en todo entorno, nacional o internacional, pero sí me gustaría que se valorasen igual todas las muertes y no ver cómo se llora y clama por la muerte de un niño o mujer en Gaza y se silencian las de los niños y mujeres en Ucrania, de las que ya nos hemos olvidado y siempre hemos ocultado.
         Si vergonzoso y cobarde me parece la acción de los terroristas de esconderse tras sus compatriotas, más vergonzoso y cobarde me parece aún que Pedro se presente en Israel y se enfrente al gobierno si no es capaz, si no acude inmediatamente a Rusia para hacer lo propio enfrentándose a Putin, pues si es así lo que hace es utilizar la muerte de unos en beneficio político y personal suyo, no es fruto de un sentimiento noble que nace del corazón como quiere hacer creer, sino una manipulación cruel del sentimiento de los demás para obtener un objetivo político personal y sectario.
         El posicionarse con los narcoestados bolivarianos y totalitarios de la denominada “democracia socialista” que oprime a sus pueblos a los que sume en la pobreza y en la miseria para impostar posiciones de nobleza, de la que carecen, con el objetivo de un relato falaz al que denominan post-verdad manipular al pueblo, a la nación y destruirlos en beneficio propio y de una ideología caduca que se ha remasterizado para seguir aniquilando a quienes no nos sometemos a su dictadura, es el reflejo de lo que está haciendo en el interior nacional; pero, además, es que con ese posicionamiento de liderar una supuesta paz en Gaza, que no se desea en Ucrania, para someterse al criterio del islam más radical como cooperador necesario en la obtención de sus objetivos, pone de manifiesto y clarifica cuál es la realidad que esconde su discurso.
         Es evidente que este sujeto alcanza el poder haciendo un uso legal, legítimo, pero inmoral y denigrante, con el sostén de asesinos terroristas, delincuentes condenados por sedición, suelta violadores y la peor ralea con el discurso falaz del gobierno progresista, que ni progresa, ni quiere el progreso que no sea el propio y el de su dictadora ideología, saltándose la Constitución, los controles, la legalidad y la decencia, para además imputar su “no es no” del PP a su voluntad de colonización de la Justicia, como del resto de controles y modelos de supervisión, como una decisión contra la Constitución, cuando lo que es inconstitucional es el secuestro político de esta como se pretende, pero más descarado y repugnante o vomitivo es el uso de la posición de España en el mundo, del prestigio de nuestra Nación para dividir, también, el escenario internacional con una manipulada y mugrienta acción genocida que se limita a los que pueden frenar al islam radical, mientras se oculta ante los asesinos de putinianos o ucranianos en otros frentes de ruptura del escenario internacional, esta que les es útil a los intereses del felón.
         Las muertes deben de valer exactamente lo mismo y el llanto sincero ante ellas debe de ser un valor a apoyar y engrandecer, y la eliminación de las guerras, de la violencia, de los asesinatos, es algo que todo ser humano debe de defender en todo caso y posición; pero, el uso de las muertes manipulando la realidad para la obtención de espurios intereses políticos, no sólo debe de ser reprobado, sino una acción tan vomitiva y repugnante que debe de ser denunciada, lo use o lo haga quien lo haga, si realmente se defiende la vida.

Enrique de Santiago Herrero

Abogado. Máster en Ciencia Política. Diploma de estudios avanzados en Derecho Civil Patrimonial. Derecho penal de la empresa. Colaborador y articulista en diversos medios de comunicación escrita, radio y televisión.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba