Redefinir las posiciones

Tras la implosión controlada de un PP que traicionó a sus electores, se propulsó VOX como un cohete, pero pronto se comprobó que, tras las arengas exacerbadas, no existía una realidad y comenzó su declive.

Que el PP abandonó la política como ideología y planteamiento ético de la vida es evidente, pues desertó de todo lo que supone ideología, dejó la defensa de la vida, de la historia y nuestro pasado, de la libertad del individuo, de los valores judeo cristianos que son sostén y fundamento de nuestra esencia como pueblo, etc. y se centró en un modelo de gestión con apariencias de liberal-conservador, que ni es una cosa, ni la otra, pero mantiene diferencias con un modelo estatalista propio de la social democracia.

Pudiere parecer que VOX se centra en la defensa de los principios básicos de la derecha democrática, pero lo hace sin convicción, con grandes dosis de griterío falto de contenido o grandilocuentes manifestaciones que no comparten el modo de actuar, lo que le ofrece un tinte populista que al final perjudica la defensa que se afirma practicar; pero, igual que el PP abandona la ideología para parecer que se afiance en la gestión, VOX abandona la gestión, no se presenta ni como liberal, ni como conservador económico, dando tumbos de un lado a otro para dejar sus posiciones en meros cantos de sirena sin contenido real.

Si el PP abandona la ideología y VOX desiste de la gestión, es evidente la necesidad de una redefinición del centro y derecha democrático que aúne un modelo social y económico con una sólida estructura ideológica en la que, con un acuerdo de mínimos comunes denominadores, permita la construcción de una alternativa a la izquierda democrática y totalitaria-radical, que nos gobierna en el presente, con fundamentos compactados en las dos facetas vitales de la política: principios y gestión.

Para esa misión, el PP no debe de ser un cobarde y debe hablar con Vox, este no debe de ser soberbio y reducir el nivel de ruido y, cuando ni uno ni otro sean capaces, los pequeños que existen en el panorama deben de morir en ese proceso mamporrero de alcanzar el valor común, pues su muerte les hará grandes, y los que pretendan la ruptura demostrarán que su nivel de servicio es nulo.

Cuando la política se limita a la gestión, los resultados son lo importante y se someten a los valores, de forma que un gestor sin escrúpulos, con el fin de obtener un rédito personal, político y de gestión, carente de principios, puede poner en riesgo la democracia; pero, un político que limita su desarrollo en los principios, corre el riesgo de convertir su presencia en una imposición radical que puede perjudicar el futuro social y la democracia.

En definitiva, la falta de conjunción de gestión y principios genera un riesgo democrático pernicioso que se observa igualmente en la izquierda actual, que carece de gestión eficaz en la ultra izquierda desastrosa y de principios en el socialismo democrático que realiza una gestión mediocre y se vende a los valores cuasi terroristas de una extrema izquierda incoherente, inconsistente y carente de valores democráticos.

La redefinición democrática, de uno y otro sector político, pasa necesariamente por la reconstrucción de los controles formales e informales que toda democracia precisa para mantener un criterio firme de calidad democrática y actuaciones claras, efectivas y eficientes, que los propios perceptores de las prebendas realicen contra las mismas; es decir, que los políticos interioricen su misión de servicio contra sus propios intereses personales.

Hace falta gente que dé el paso, arriesgue lo propio, cumpla su función y acredite su servicio, dando paso a otros, buscando el bien común y no la lisonja fácil y pasajera, de forma que lo importante no sea el sujeto, sino el trabajo y servicio a los demás. Estate seguro, la hay, algunos ya lo han demostrado.

Enrique de Santiago Herrero

Abogado. Máster en Ciencia Política. Diploma de estudios avanzados en Derecho Civil Patrimonial. Derecho penal de la empresa. Colaborador y articulista en diversos medios de comunicación escrita, radio y televisión.

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