Qué podemos hacer contra las plagas actuales

Debe ser que como lo estamos haciendo todo tan mal, nos vuelven a mandar las siete plagas, ahora en plan más moderno, eso sí, hay que modernizarse.

Una de las plagas son los veganos, esa serie de individuos que se han metido unos chuletones de palmo y medio, y ahora a la que te descuidas te sueltan una arenga sobre lo terrible de comer carne, pescado, huevos, leche o cualquier otra proteína que provenga de un animal. Son tan pesados y tan incultos que te tratan como si estuvieras cometiendo un asesinato cada vez que comes proteína animal.

Luego tenemos a los homosexuales, a los cuales respeto, siempre y cuando ellos sean respetuosos conmigo. Con este colectivo hemos pasado de saber que existían desde que el mundo es mundo, a necesitar tener uno en cada familia, o estás proscrito.

Otra plaga actual, los antitaurinos, esos enfermos de odio contra cualquier cosa que sea la fiesta nacional, deseando la muerte a los toreros de una forma descarada y terrible. A mí particularmente, no me gusta ver sufrir a los animales, pero tampoco llegar a límites tan extremos.

También tenemos la plaga de las feministas, esas marimachas que demonizan todo lo que provenga de un hombre, y quieren asumir el poder con su decadente y ridículo matriarca do. Con lo que me gustan a mí los señores.

Los okupa, otra plaga de vagos y maleantes, que se han creado ellos solos como colectivo, y que se dedican a ocupar tu casa y para mayor escarnio, la justicia les apoya.

La siguiente plaga son los perroflautas, esos jóvenes y no tan jóvenes, acompañados siempre por varios animales dopados para que estén tranquilos. Su única misión es llenar las calles de las grandes ciudades, tirados en el suelo y con un bote delante para recaudar dinero. Normalmente van acompañados de un porro de marihuana, eso si.

También tenemos a los falsos emigrantes, esa plaga de africanos del norte, que viene con la lección bien aprendida para sacarle el jugo a un país gobernado por imbéciles que les subvenciona la vida.

Y aquí lo dejo, porque si me pongo a dar un repaso más exhaustivo por el estado actual de mi querida España, en vez de siete plagas, serían veintisiete.

Mª José Gómez Busó

Jubilada, apasionada del patchwork, rematadamente sincera, y enamorada de España, de su himno y de su bandera.

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