¿Qué es un bolche?

Todos lo sabemos, pero aún no tenía nombre, así que ya iba siendo hora de poner una palabra a todo esto.

Un bolche es una persona que habla muchísimo y muy deprisa intentando que su discurso quede incomprensible y tan lleno de incoherencias y falsedades que sea imposible de refutar si no es mediante un análisis sosegado e inteligente, lo cual nunca lo permitirá interrumpiendo el discurso de los demás.

El bolche tratará siempre de impresionar a las mentes débiles con su verborrea. Es capaz de pronunciar casi cuatrocientas palabras por minuto.

El bolche nunca admitirá ser responsable de nada y nunca hará afirmaciones claras y rotundas; siempre dejará una vía de escape en sus declaraciones: “En realidad, nunca dije…”

Un bolche es un machista oculto, un racista oculto, un intolerante oculto y un capitalista oculto. No le importa mentir o traicionar (cambiar de chaqueta). Chantajear es su más deseada actividad, porque con ella se siente superior a los demás sintiendo el placer del olor a miedo en el otro. Su principal objetivo es acumular dinero y acumular poder para imponer su voluntad.

Un bolche es un obcecado con la política. No admite otra ideología que no sea la suya. Es dictatorial y peligrosamente discriminador. Está por encima de la justicia y considera que para defender su ideología es lícito saltarse la ley. En todos sus pensamientos, en todas sus conversaciones, está la ideología controlándole.

Un bolche utiliza la mentira, el eufemismo y la confusión, como armas para, según él, defenderse de  cualquier persona que no esté de acuerdo con él (los califica como “fachas”).

El bolche hace afirmaciones sentenciosas sobre hechos históricos basándose únicamente en el:”todo el mundo lo sabe”. Nunca reconocerá los asesinados y torturados por su ideología durante el siglo XX. Dirá que son invención de los fachas.

El bolche considera que los hechos históricos son verdaderos si los dice subjetivamente un historiador de su ideología. No necesita ni el más mínimo dato objetivo y demostrado para creérselo ni los acepta si le son adversos. 

El bolche no sabe separar la amistad o el compañerismo, incluso, la compasión, de la tendencia ideológica.

Un bolche solo ayudará incluso ilegalmente y con violencia, a otro bolche, y marginará, despreciará, ridiculizará y abochornará a cualquiera que no acepte sus palabras, especialmente si es facha.

Un bolche suele conducir las conversaciones sobre opiniones distintas a discusiones acaloradas, agresivas e incluso violentas.

Hay dos tipos de bolches: el bolche listo y el bolche tonto. El bolche listo, solo se mueve por dinero. El tonto, se cree que es un intelectual por utilizar el vocabulario bolche (opresión, represión, etc.).

Un bolche cuida su vestimenta descuidada y su aspecto desaliñado porque su apariencia lo es todo.

Si se está examinando, quiere saber si el examinador es un facha o de los suyos. Si entra a trabajar en una empresa tratará de averiguar las tendencias políticas de los empleados (del jefe ya supone que es facha), si le presentan a un amigo, lo primero que hace es dejar claras sus posturas ideológicas; siempre las pone por delante de cualquier relación social amistosa e incluso amorosa. Un bolche jamás tendrá relaciones con una de derechas. Si hablan de las cosas buenas que ha hecho alguien, primero quiere saber si ese alguien es de derechas o de izquierdas.

No le interesa la verdad si es distinta de la que él quiere escuchar. Tomará actitudes y gestos violentos y de desprecio para hacer callar a los demás.

De sus oponentes solo quiere saber lo que hacen mal, para exagerarlo, y de sus correligionarios solo quiere saber sus errores para ocultarlos o mitigarlos o disimularlos.

Para un bolche una crítica es una “caza de brujas” o un sistema de represión.

Un bolche ocultará la información verdadera, si esta perjudica los intereses de su ideología. Un bolche nunca reconocerá los asesinatos de su ideología, ni la pobreza que ha generado en el mundo. Nunca aceptará los documentos que incriminen a alguien de su ideología y los considerará como falsos o como “fachas”.

Un bolche utilizará la presión mediática y de las manifestaciones porque sabe que representan una amenaza física. Todos los bolches tontos están obligados a asistir a las convocatorias de los bolches listos.

El bolche siempre está dispuesto a la violencia física o a provocarla.

Un bolche utilizará la palabra “¡¡¡FACHAAAAA!!!” cuando ya no tenga argumentos. (Por eso se oye tanto esa palabra por la calle).

Un bolche es un personaje ridículo y anacrónico que lo mejor que podría hacer es irse a su casa y no emponzoñar la vida de la gente de bien que quiere trabajar y construir.

José Enrique Catalá

Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valencia. Especialista en Hª Medieval. Profesor. Autor del libro: Glosario Universitario.

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