¿Por qué se fue Alfonso XIII y nos trajo la República bolchevique?

¿Qué pasa con los borbones?: Se fue Isabel II, se fue Alfonso XIII, se va Juan Carlos I.

En 1931 se celebraron unas elecciones municipales, vencieron por mayoría los votos monárquicos pero un grupo de políticos seguidos de gentes violentas asaltaron los edificios de gobierno de Madrid y otras ciudades del país y proclamaron la República. No nos confundamos, no se proclamó la República porque se fue el Rey sino que se fue el Rey porque los violentos proclamaron la República en los ayuntamientos, incluso en los que habían perdido.

Los documentos no engañan

En el Decreto del Gobierno Provisional de la República, de 27 de abril de 1931, adoptando los símbolos nacionales, publicado en la Gaceta de Madrid el 28 de abril de 1931, los políticos se expresan de una forma indiscutible sobre el modo en el que han conseguido gobernar:

El alzamiento nacional contra la tiranía, victorioso desde el 14 de abril, ha enarbolado una enseña investida por el sentir del pueblo con la doble representación de una esperanza de libertad y de su triunfo irrevocable. Durante más de medio siglo la enseña tricolor ha designado la idea de la emancipación española mediante la República.

En pocas horas, el pueblo libre, que al tomar las riendas de su propio gobierno proclama pacíficamente el nuevo régimen, izó por todo el territorio aquella bandera, manifestando con este acto simbólico su advenimiento al ejercicio de la soberanía.”

Me gustaría añadir que además de la bandera tricolor, en Cartagena, por ejemplo, en lo más alto de la oficina de correos ondeó la bandera roja de Rusia. No sabría decirles porqué.

Al pueblo español nunca se le preguntó directamente si quería ser gobernado por una república, pero se podía deducir por el resultado de las elecciones que lo tenían claro: no querían una república, querían una monarquía.

El 12 de abril se celebraron unas elecciones Municipales. Estas elecciones cambiaban alcaldes, no gobiernos. Para cambiar un gobierno están las elecciones Generales. Estaba previsto que se celebraran en el mes de junio de 1931, pero la actitud amenazante de los partidos republicanos amedrentó a los que detentaban el poder en el gobierno y los ayuntamientos, y lo entregaron por miedo. Los republicanos impidieron el normal desarrollo del sistema democrático.

A ustedes les dirán algunos historiadores sometidos a una ideología, que en las elecciones del 31 el voto republicano venció en las ciudades y el monárquico en los pueblos, y por esta razón era lógico que se implantase la república. Pretenden justificar, de ese modo, la implantación violenta de la república, asaltando físicamente los centros de poder (descripción hecha por el propio Largo Caballero).

Esta valoración es la prueba clara e irrefutable del escaso talante democrático de esas personas.

Del total de votos emitidos en las elecciones de 1931, los de izquierdas despreciaron y siguen despreciando aquellos votos que les son adversos y solo cuentan aquellos que les aportarán beneficios.

Les dirán que el voto en las zonas rurales estaba viciado por el caciquismo. Esta es una de esas afirmaciones que como tontos repiten algunos pero que nunca ha sido demostrada. Tampoco ha sido estudiado el “caciquismo urbano” que llevó a la victoria republicana. Existen datos de hemeroteca que hacen referencia muy descriptiva a las actitudes violentas de la izquierda en las mesas electorales del 31.

Votantes de las elecciones municipales 12-4-1931

No permitan que nadie afirme que se instauró la república democráticamente en el 31. La mentira y la ambigüedad siempre han sido las armas fundamentales de la izquierda. No ganaron democráticamente, no obtuvieron el beneplácito de los españoles, no implantaron la república de forma legal, no les importó en ningún momento la legalidad del Estado Español.

Alfonso XIII se marchó a Marsella a las 9 de la noche, pero aquí seguía existiendo un gobierno legítimo que no se atrevió a continuar por miedo a la violencia republicana, y abandonaron los órganos de poder. Los centros de

 

poder de la nación fueron okupados, sin nombramiento, sin legalidad, por los personajes más violentos de la izquierda, que incluso impidieron que los ocuparan compañeros de partido más capacitados.

 

Alfonso XIII se marchó porque sus propios ministros se lo pidieron y para evitar un derramamiento de sangre de los golpistas republicanos. No había sido un buen rey, pero la mayoría de los españoles no había votado en contra de él, sino contra la república.

José Enrique Catalá

Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valencia. Especialista en Hª Medieval. Profesor. Autor del libro: Glosario Universitario.

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