¿Pero a quién le han sorprendido los indultos?

Parece que se nos ha olvidado la naturaleza de los apoyos que mantienen a Pedro Sánchez en la Mocloa: separatistas, nacionalistas, bilduetarras, comunistas relacionados con el hampa y los narcoestados,  y hasta un señor de Teruel que todavía me pregunto de dónde salió.

Los juramentos de acatamiento de la Constitución de los flamantes diputados fueron toda una declaración de intenciones. Los catalanes de Junts y ERC juraron por los «presos políticos» o «el mandato del 1-O»; los de Bildu lo hicieron «por imperativo legal hasta la creación de la república vasca» y «por imperativo legal, hasta lograr una Navarra soberana y una Euskal Herria libre». Pero hubo más proclamas territoriales. «Prometo defender los intereses legítimos del pueblo valenciano», dijo Joan Baldoví, de Compromís. O el para «defender Galiza», del diputado del BNG, Néstor Rego. Al portavoz de Teruel Existe no se le escuchó bien, pero sus dos compañeros en el Senado optaron por una de las fórmulas más largas que se recuerdan: «Para exigir el equilibrio territorial recogido en los artículos 138 y 139 y evitar que tengamos una España vaciada y una desarrollada, sí prometo», y un jamón 5 jotas.

Nunca se había visto hasta entonces tanta falta de respeto a la Constitución, al protocolo, al decoro, a la estética… y por ende, a España y a los españoles. Menos camisetas de los Teletubbies y del pato Donald, las había con todo tipo de reivindicaciones. Como toda libertad de expresión, dejaba al descubierto el talento, escaso, y el bajo nivel   de los políticos a los que con nuestro voto  habíamos entregado la responsabilidad de decidir el futuro de España. Las reivindicaciones de los «oprimiditos» que nunca nos tomamos en serio, llegaban al  Congreso con sus ridículos representantes portando sus ridículas camisetas, dispuestos a vivir del cuento. Comenzaba el imperio de lo absurdo, de lo esperpéntico en la política, tan lejos de lo que los ciudadanos habían demandado hasta entonces como prioridad: gestión, paz y prosperidad, en líneas generales.

Antiguos enemigos de España se habían colado en el Congreso utilizando la democracia, pavoneándose, incluso riéndose, de un Presidente sin escrúpulos que quería llegar a la Moncloa a toda costa con el peor resultado de un Presidente del Gobierno. Nunca ocultaron su odio a España ni lo que pretendían. La diputada de ERC Montserrat Bassa, que ejerció de portavoz de su grupo en la última jornada del debate de investidura en el Congreso, proclamó ante el pleno que a ella, personalmente, le «importa un comino la gobernabilidad de España». Y lo peor, iban a vivir a costa de España quienes estaban ahí para destruirla.

En el debate previo a las elecciones Generales, los candidatos desvelaron el precio que sus apoyos habían exigido a Sánchez: Indultos, acercamiento de presos etarras, pacto con Podemos…VOX alertó de las políticas globalistas que Sánchez iría llevando a cabo con el apoyo y colaboracionismo del PP y Cs: Ideología de Género, inmigración ilegal, Cambio Climático y  Memoria Democrática. Recordemos que la política estrella del entonces candidato a la presidencia, Pedro el Traidor,  fue desenterrar a Franco. La intención de este acto cobarde y propagandístico era reabrir viejas heridas. Santiago Abascal vaticinó que los planes de Sánchez iban más allá: demoler el Valle de los Caídos, acabar con la monarquía y el Régimen del 78, e instaurar un régimen dictatorial.

Luego vino la pandemia. Nos encerraron en libertad y salimos a los 3 meses con cerca de 80.000 muertos, una sanidad y una economía devastada, un cambio de Régimen en proceso con unas bases muy asentadas, y una Agenda globalista imparable que iba cobrándose sus nuevos impuestos, eliminando empresas y dejando más parados de los que correspondían a una crisis por COVID mal gestionada. Entre errores tan certeros, decretos, estados de alarma y una prensa desinformadora, hemos llegado hasta donde estamos ahora, con los enemigos de España cobrándose el precio de sus apoyos, que no era otro que entregarles la soberanía nacional.

España es el Titanic en el que Ayuso, con su alegría y optimismo  -ha llegado a decir que a Madrid le queda lo mejor por vivir-, nos deleita con su música, mientras nuestro país con sus Comunidades aspirantes a naciones, va cayendo al abismo. Sánchez nos dopa y distrae con una sonrisa retorcida a modo de mueca, diciéndonos  que «el futuro es vacuna, vacuna y vacuna». Nos muestra un «atractivo» plan 2050 sólo para supervivientes, con el prometedor lema «no tendréis nada y seréis felices». Suena a amenaza. El Presidente, moviendo las manos como una marioneta de guiñol, nos presenta un futuro ecosostenible, multicultural (8 millones de ilegales, a razón de 250.000 al año), muy feminista, con ausencia de soluciones para el presente.

Ya no se escucha a Sánchez ni a sus medios de comunicación propagandísticos decir aquello de la «nueva normalidad». Este término fue utilizado por el Secretario General del Partido Comunista de China -ahora modelo de este Gobierno globalista que sigue la hoja de ruta que marca Davos- , Xi Jinping, para referirse a expectativas de tasas de crecimiento. Los españoles quieren «normalidad», la de siempre, pero tiene un precio: la vacuna. Salvo los denominados «conspiranoicos», que no pasan por el aro de la vacuna, el resto ya ve los resultados de la campaña de «la alegría y las sonrisas» tras la vacunación: las mascarillas están a punto de caer definitivamente, vacaciones y normalidad, que vienen a ser los brotes verdes de Zapatero. ¿Colas del hambre?, ¿dónde?

Y llegan los indultos, ¡menuda sorpresa!. Caen como un jarro de agua fría.  Nos indignan, nos humillan, ¿más? Y volvemos a llamar traidor a Sánchez. «Hay que salir a la calle, es el fin de la unidad de España y de la monarquía «. Pero bueno, hoy no, mañana si eso, que tenemos las vacaciones encima.

¡España, resiste!

Llegamos tarde.

Norma Vega

No soy informadora, soy analista. Estamos en la era de la desinformación, de la performance política, así que al leer una noticia me pregunto: quién la emite, a quién beneficia y a quién perjudica, como si de un presunto delito se tratara, al fin y al cabo, una información falsa debería serlo.

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2 comentarios

  1. Muy buen resumen, Norma.
    Por cierto, el señor de Teruel salió de Valencia, donde vive de siempre…. rarezas del sistema memocrático.
    En cuanto al resto, el traidor Sánchez no hace sino aprovechar la estupidez del populacho aplicándole el sistema de la gallina de Stalin. Tácticas socialistas.

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