Patente de corso
Sin ánimo de querer ser un paradigma para ese sector de la sociedad española, ese sector afín a mi ideología, sino más bien objetivo, veraz, realista y pragmático, quiero mediante esta reflexión ahondar en ese campo del que soy un inmenso y obsesivo admirador y es la filosofía. Pues al final todo sale de ahí, el conocer, el saber, es decir, la metafísica, esa esencia u origen del conocimiento se expresa mediante el pensamiento autónomo que personalmente entiendo como pura y virginal filosofía.
Aunque soy más de escribir a forma de libelos o escritos difamatorios y cargados de una inmensa visceralidad sobre lo y los que escribo, suelo hacer gala de un inmenso y humilde respeto hacia los protagonistas de los mismos. Con una prosa medianamente aceptable, adoptando un estilo eufemista, un carácter y espíritu inocuo, con la intención de no dañar en exceso o hacer el menor daño posible a mi disidencia ideológica. Aunque reconozco que, con cierta ironía y a veces con pequeños toques satíricos.
El hedor a folículo putrefacto que trae el aire de los últimos días, no hace más que evidenciar esa infección que padecemos los españoles y que como ahora con el sanchismo, brota continuamente exteriorizando un malestar febril que emerge de esa antiestética excrecencia y que no termina de explotar, fluctuando en nuestro cuerpo y estado de salud.
Este castigo inmerecido, debido al pecado original de los sectarios y totalitarios, oligarcas caciquiles que tenemos como actual gobierno, hacen que reflexione y que exprese lo que siento sin tener que pedir perdón por ello, actuando así en consecuencia, es decir, diciendo lo que me viene en gana con esa licencia que me da la patente de corso.
Personalmente soy de la opinión de que si se quiere curar una enfermedad, un problema, hay que ir al origen, esencia o raíz del mismo. Y sin ánimo o intención de querer caer en Perogrullo, el problema de la sociedad española no es otro que esa polarización ideológica que ha existido siempre, pero que se acentuó o radicalizó más a partir de la época del guerra civilista Zapatero.
El centro, núcleo o raíz del problema, en mi modesta y humilde opinión, proviene de nuestra guerra civil, la cual dejó claros rastros o vestigios además de tristes y nefastas marcas o cuñas en las conciencias de nuestra sociedad. Estos son de sobra conocidos y fielmente dilucidados por los historiadores y por el sector político de nuestra sociedad, incluyendo en esta relación a modo de corolario a los pseudohistoriadores y el sector político componente del frente popular aún existente. No así por la sociedad de a pie, debido a la divulgación y adoctrinamiento de la propaganda que predican los últimos, la cual no son más que rastreras y meras invenciones, mitos y leyendas.
La guerra civil española, nuestra guerra civil es una excepción a esta frase hecha, ya que los vencedores del 39 son los perdedores del 45. ¿A qué o a quién se refieren cuando utilizan esta frase? Los vencidos del 39 están creando un estado a forma de crisálida, para que se de una metamorfosis completa y así poder cambiar la historia que realmente fue y es, por la que a ellos les hubiera o hubiese gustado que fuese o sea. Es decir, imponiendo una memoria histórica selectiva, legislada por el pensamiento único o ideología de esta vulgar secta que nos gobierna actualmente.
La historia de nuestra política ha estado siempre marcada por ese carácter revolucionario y totalitario del marxismo, esa nociva progresía de izquierdas y los nacionalismos secesionistas, con un claro papel protagonista del PSOE.
Hagamos un análisis concienzudo, objetivo y fiel a los hechos y datos documentados, un viaje a nuestro pretérito, con una memoria puesta al día en una revisión o ITV:
2018 Vuelve al gobierno el PSOE, de la mano de Sánchez, el Largo Caballero del siglo XXI, a través de una descarada y manifiesta conspiración, con un nuevo frente popular compuesto por todos los enemigos de España. Conspiración que camuflan con el nombre de «MOCIÓN DE CENSURA». Ya no existe la casualidad.
Sé que es una opinión, hipótesis o tesis personal, pero partiendo de que no creo en las casualidades continuadas y mucho menos cuando son una serie repetitiva, como un círculo vicioso, un circuito cerrado, una cuestión de carácter cíclico, llego a la conclusión de que no se puede ser equidistante ni mucho menos aquiescente en una cuestión tan primordial como es la supervivencia de nuestra nación.
Nuestra supervivencia depende de una elección, MARXISMO, progresía de izquierda, FRENTE POPULAR, o la supervivencia de ESPAÑA. Dictadura y totalitarismo o libertad ¿Qué eliges? PSOE o ESPAÑA, tú eliges.