No tolero…

Hay que ser hospitalarios y acoger a refugiados, pero nunca a delincuentes, ni por supuesto a inadaptados.

Bien sabe Dios y todos los que me conocen, que jamás he sido racista, ni nada que se aproxime a albergar ningún sentimiento de odio ni de animadversión hacia ninguna persona por su sexo, raza, nacionalidad, religión, condición social o tendencia sexual.

Pero ahora mis sentimientos están revueltos y eso significa que algo ha cambiado en mi entorno y por defecto en mi persona.

No tolero a gentes que profesan religiones en las que se justifica el ahorcamiento de homosexuales, la lapidación, la decapitación, vejación y humillación de mujeres.

No tolero a personas que dándoles acogida practiquen el robo, la extorsión, la trata de blancas y la explotación de mujeres.

No tolero a refugiados menores no acompañados, a los que se les da un hogar y se dedican a maltratar a sus cuidadores y a comportarse como delincuentes profesionales.

No tolero a refugiados que violan en manada.

No tolero a refugiados que matan a un menor porque no les da un cigarrillo.

No tolero a refugiados que se inmolan, asesinan y matan a gente inocente en nombre de su Dios.

No tolero a refugiados que intentan por todos los medios imponer sus costumbres, y no respetar las del país que les acoge.

No tolero a refugiados que ocupan edificios y se dedican a vender productos falsificados.

La conclusión a la que llego es que los acontecimientos y las  circunstancias algo han cambiado en mi, que me hace ser menos tolerante y más escéptica ante ciertas personas. La inmigración es necesaria, pero a este precio y con gente inadaptada e intolerante sencillamente digo NO.

España es un país con una cultura, una historia, unas creencias, unas tradiciones, una gastronomía, un clima y sobre todo sus gentes que son la envidia de medio mundo, vamos a seguir siendo nosotros mismos, o de lo contrario nuestro país se convertirá en un auténtico caos.

Hay que ser hospitalarios y acoger a refugiados, pero nunca a delincuentes, ni por supuesto a inadaptados.

Mª José Gómez Busó

Jubilada, apasionada del patchwork, rematadamente sincera, y enamorada de España, de su himno y de su bandera.

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