No le paguemos la campaña a Sánchez desde Moncloa
Teniendo en cuenta que en última instancia es el Rey y no Sánchez quien convoca las elecciones, Sánchez ya debería haber presentado su dimisión en Zarzuela y no permanecer en agua de borrajas de que estoy, pero no estoy.
La dimisión de Sánchez tras convocar elecciones ni está ni se le espera. El amigo Sánchez, una vez convocadas las elecciones, debería haber dimitido ante el Rey y estar de “presidente en funciones con un gobierno en funciones”.
Si tuviese la más mínima ética no tocaría un céntimo de la caja y se olvidaría de los decretazos. Parece que no va a ser el caso: de momento de la noche a la mañana ya ha cambiado la Ley de Educación y parece ser que piensa pagarse la campaña electoral desde Moncloa aprovechando también el trampolín mediático que su posición le ofrece. Decreto por aquí, decreto por allá; y cada decreto sumando un rédito electoral en su peculiar campaña. Eso no lo había hecho ningún presidente del gobierno, ni siquiera Zapatero. Pero qué se puede esperar de quien se alía con los separatistas.
Esperemos que no se atreva a utilizar la hucha de la pensiones, aunque no la veo muy segura. Podría fagocitarla en asistencias sociales o financiación para la inmigración masiva, por ejemplo, a cambio de votos o cualquier otra cosa parecida.
Teniendo en cuenta que en última instancia es el Rey y no Sánchez quien convoca las elecciones, Sánchez ya debería haber presentado su dimisión en Zarzuela y no permanecer en agua de borrajas de que estoy, pero no estoy. Utilizar Moncloa para realizar un programa de gobierno concentrado de dos o tres semanas a modo de campaña electoral no es jugar con las mismas cartas que el resto de partidos: y si tanto se le llena la boca con la palabra democracia, pues no es muy demócrata empezar la carrera desde una línea de salida adelantada a la de los otros coches.
Cualquier decreto ley debería ser tenido en cuenta por la oposición como una campaña financiada por lo menos de forma irregular y un engaño burdo a los españoles. De un personaje capaz de aliarse con quienes quieren destruir España no podemos esperar juego limpio o fair play, como dicen los anglosajones. Así que demos un toque a VOX y PP porque velen por nuestros intereses también en esta cuestión: no me queda claro si a los de Ciudadanos habría que avisarles ya que puede que sean los siguientes aliados del PSOE, como ya han anunciado y demostrado. No creo que se alíen con Podemos porque tienen sus límites, pero una veleta es una veleta y se gira según sople el viento.
Lo que en definitiva nadie desea es pagarle la campaña a Sánchez desde Moncloa. Que todos los coches salgan desde la misma línea de salida en esta carrera, si queremos llamar democracia a lo que tenemos.