Nasíos pa obecesé y callá

Creyeron que vivíamos en una democracia, que una Constituta nos regalaba las libertades que nos corresponden por derecho natural; creyeron que los partidos políticos se preocupan por su bienestar; creyeron que los impuestos se invierten en obras públicas; creyeron que las elecciones son la fiesta de la democracia; se creyeron que España tuvo un imperio basado en el genocidio de maravillosos indígenas.

Se tragaron el Himalaya de mentiras de la plandemia; se pusieron los bozales con alegría, en un acto solidario; acudieron en masa a los vakunódromos, en otro acto solidario y altruista;

Creen firmemente que Putin es el ogro malvado de Occidente; están convencidos de que la depredación humana va a cargarse el Planeta; asienten ante la gran mentira del kambio klimátiko; se sumarán entusiastas a la “huella de carbono”.

Están de acuerdo en que aviones asesinos nos tapen el Sol para evitar el calentamiento global; cuando por un segundo dejan de mirar el móvil y miran el cielo, ven las estelas asesinas, pero se encogen de hombros, y van a la terraza cervecera de siempre.

No se oponen a la aberración que afirma que el sexo es una elección, que somos taitantos géneros; pasan del horror adoctrinamiento que pervierte a sus hijos.

Obedecen todas las normas, se tragan todos los sapos, comulgan con todas las ruedas de molino, musitan sus “síbuanas” ante los que mandan, haciendo genuflexiones; corren balando felices hacia sus apriscos.

Aceptarán el dinero digital, la moneda digital, el fin de las divisas; cumplirán a rajatabla las restricciones de luz, de energía… no protestarán por la hambruna que se anuncia.

Se pondrán todos los chips que se les ordenen; los que aún creen, obedecen ciegamente a Bergoglio, el “enviado de Dios”; rendirán pleitesía al Anticristo, adorarán su estatuta, apostatarán, irán sin rechistar a las misas satánicas; denunciarán a los disidentes, a los resilientes, a los resistentes; se pondrán la Marca de la Bestia; les quitarán sus posesiones, y hasta sus lágrimas, pero serán felices; les robarán el alma, pero han nasío-pa-obedesé-y-callá…

Que Dios, en su infinita misericordia, tenga compasión de ellos.

Laureano Benítez Grande-Caballero

Sevillano, profesor de Historia jubilado, escritor de 35 libros, la mayoría de tema católico. Articulista en muchos medios digitales patrióticos, tertuliano ocasional en Radio Ya, imparte conferencias por toda España sobre el Padre Pío de Pietrelcina. Sus últimos libros publicados son EL HIMALAYA DE MENTIRAS DE LA MEMORIA HISTÓRICA, y LA PATRIA TRAICIONADA: ESPAÑA EN EL NUEVO ORDEN MUNDIAL.

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