Madrid, Madrid, Madrid, pedazo de la España en que nací
Desde que Pedro Sánchez llegó al poder, todo ha ido de mal en peor para Madrid.
Este hombre que ya empieza a dar muchísimo miedo por su presunta psicopatía, su egocentrismo, su narcisismo, su patología de mentiroso compulsivo y su desmesurado afán de protagonismo, no ha encajado que en Madrid no le quieran, y quiere destrozar a toda costa una de las ciudades más acogedoras y más bonitas del mundo.
Durante la primera oleada de la maldita pandemia, que más tarde se supo que el gobierno conocía de su existencia desde enero, aunque ellos negaran la mayor para celebrar su inoportuna manifestación el 8 de marzo, Madrid ha caído en desgracia.
La gestión del gobierno con el Covid fue deplorable, murieron miles de personas, si el gobierno hubiese actuado de manera correcta, se podrían haber ahorrado muchas muertes, aunque para estos psicópatas era más importante salir a berrear por las calles de Madrid que cuidar de los madrileños.
Ahora ya es de dominio público que el gobierno en masa quiere joderle la vida a Madrid y a los madrileños, a todos, a los que le han votado, y a los que no lo han hecho. El emperador de las cloacas quiere dejar bien claro quién manda, y hasta se pasa la decisión de los jueces por debajo del arco del triunfo y a golpe de BOE, cierra Madrid.
A este individuo le dan lo mismo ocho que ochenta, aunque su gobierno se haya lavado las manos y haya delegado en las autonomías para gestionar la pandemia, esto con Madrid no cuenta, en Madrid manda él.
Cobarde hasta la médula, no se atreve a cerrar Navarra o Cataluña, con más contagios per capita que Madrid, ahí no mete sus hocicos porque se los cortan de raíz y no tiene apoyos, y eso sería la caída del dios Sánchez.
Madrid está cerrado y confinado, Sánchez, y el hasta ahora modosito filósofo metido a ministro de sanidad, que desde que le han prometido la presidencia de la Generalitat de Cataluña, está más crecidito que nunca y va enseñando las uñas que escondía, así lo han decidido y así lo han hecho.
La comunidad de Madrid lo estaba haciendo bien con Díaz Ayuso a la cabeza, pero Sánchez no lo puede soportar, él quiere Madrid a toda costa, pero Madrid no le quiere a él, y por ese motivo venderá nuevamente su alma al diablo para destrozarlo.
Esperemos que reine la cordura y el sentido común en toda España, este señor desaparezca de la faz de la tierra, y Madrid vuelva a ser el Madrid que hizo Dios como la cuna del requiebro y del chotis.