Madre agresiva y padre machista
Existe una familia en España que, según los baremos sociales actuales, podría estar en riesgo de exclusión social por ser una familia desestructurada.
Esta familia está constituida por un padre y una madre biológicos y tres hijos, todos menores de edad. La madre y el padre cuentan con 31 y 41 años respectivamente.
Según el ordenamiento jurídico español, forman una pareja, que podrá ser considerada “de hecho” si existiere alguna anotación en algún Registro de Unión de Pareja de Hecho, dependiente de la comunidad de Madrid.
Ambos trabajan regularmente y cotizan a la Seguridad Social desde hace algunos años. Tienen en común al 50% una hipoteca sobre una residencia familiar que consta de una sola altura.
Circunstancias especiales que determinan la desestructuración familiar:
Se dispone de abundante base documental sobre declaraciones públicas de la madre sobre su especial interés en regresar al núcleo familiar en condiciones de embriaguez altamente notorias, lo cual nos hace suponer que pueda necesitar un tratamiento psicosomático para prevenir cualquier acto violento sobre sus familiares, derivado de su tendencia al supuesto alcoholismo.
Aunque no se tiene ningún registro oficial sobre algún problema de conducción provocado por su declarada tendencia al excesivo consumo de alcohol, los Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid deberían exigir a las autoridades pertinentes, un control más exhaustivo sobre la interfecta, debido a la gravedad de las consecuencias que podría tener una conducción en estado etílico comatoso.
Además de esta admitida tendencia a la embriaguez, en los últimos meses está presentando un comportamiento en su entorno laboral altamente conflictivo.
Mantiene una relación con sus compañeros de trabajo basada en el rechazo, el insulto, la agresividad gestual (hay veces que levanta el puño de forma amenazadora) y el desprecio, hasta tal punto que se está generando un clima de tensión emocional entre los propios compañeros de trabajo.
Existe también suficiente documentación gráfica y multimedia sobre su forma de dirigirse a algunos compañeros de trabajo, elevando el tono de voz hasta límites que podríamos considerar como opresores e intimidadores, de tal modo que en un entorno familiar serían tipificados de violencia de Género. Estas incívicas actitudes rompen la paz y la armonía en su trabajo y dificultan el consenso.
Por otro lado, el varón, lo llamaremos alfa para no violentar la Ley de protección de Datos, está teniendo graves problemas de tipo económico y de corrupción, con la justicia, en España y otros países, y podría acabar ingresando en la cárcel por orden de algún juez.
Uno de esos problemas con la legalidad no es debido a un asunto económico sino social. La justicia está intentando dirimir si existió conducta delictiva en el hecho de retener una propiedad perteneciente a otra persona por motivos sexualmente comprometedores. Una actitud que él define como paternalista, pero que perfectamente podríamos calificar como machista o al menos de creación de una Distancia de Poder y sometimiento en la relación jefe-empleada.
Se le supone una relación promiscua con otra subordinada, en estos momentos.
CONCLUSIÓN
La relación de los dos individuos con los hijos es altamente inestable. El cuidado y educación de los mismos la han dejado en manos de extraños, y han limitado el ejercicio de la afectividad a un mero contacto paterno-filial de unas horas semanales.
Recomendamos a los Servicios sociales de la Comunidad de Madrid que haga una valoración más detallada de las condiciones infrafamiliares que se están dando en dicha familia y, en consecuencia, actúe diligentemente.