Los pactos de la vergüenza y el hartazgo de los españoles

Sánchez e Iglesias no se están entendiendo, y es lo que tiene hacer pactos entre ambiciosos de poder y ambiciosos radicales. Sánchez, es de todos sabido que pasará a la historia como el peor de los presidentes. Ha demostrado ser incompetente en todas sus vertientes, pero en gestionar la pandemia del COVID-19, ahí se ha CORONADO, a Iglesias sólo le interesa declarar la República y ser el puto amo.

En los momentos posiblemente más duros que nos toca vivir, este presidente se ha rodeado de un gabinete de crisis sanitaria para informar a los españoles, que es de vergüenza ajena. 

Simón no tiene ni idea de nada, y va dando noticias sobre el COVID-19 tal y como se le van ocurriendo, o le van dictando.

El filósofo metido a ministro de sanidad es de todo menos erudito en la materia.

Y el elenco de representantes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado ni te cuento.

Los españoles estamos cansados, muy cansados de tantas normas que hoy son blanco, al rato son negro, no sin antes pasar por gris, verde, y amarillo según van apareciendo unos y otros nos van diciendo diferentes cosas.

La pura realidad es que estamos en un estado de sitio en el cual para moverte necesitas un salvoconducto porque de lo contrario te fríen a sanciones. 

Estamos muy hartos y demasiado cansados de mentiras y más mentiras, de aplausos a enfermos que se curan, de sanitarios contentos, de niños que felicitan a sus abuelos, de las mil y una formas de hacer deporte en las casas, en los jardines, en las terrazas, en los balcones, esto no es una fiesta, esto es una novela negra del terror más cruel y no estamos contentos. 

Queremos saber de nuestros muertos, queremos saber lo que ha ocurrido en las residencias de ancianos, queremos saber quién está detrás de los test fallidos, de las mascarillas inservibles, del material entregado en el hospital de Alicante donde aparecen cucarachas. 

No nos importa qué ocurre en América o en Guatemala, y si entierran a sus muertos en fosas comunes, o en cajas de cartón, queremos saber de nuestros muertos, de nuestra tragedia, queremos llorarles, queremos llevarles luto, queremos su reconocimiento. 

Pero claro, si esto se sabe sería el principio del fin de un gobierno que nunca debió existir, y mucho menos gestionar esta tragedia. 

Espero que los muertos nunca perdonen, y que este desgobierno pague por todas y cada una de sus malas gestiones, de sus mentiras, de su abandono a los sanitarios, de sus fraudes, de sus decretos en medio de una pandemia, del maltrato y abandono de ancianos, del sufrimiento y de la agonía de enfermos muriendo por falta de medios. 

En definitiva, queremos que por lo menos sean reconocidos todos los despropósitos cometidos, porque la única verdad es que pagar, vamos a pagar todos los españoles, y ojalá por fin la gente abra bien los ojos y estos paguen en las urnas.

Mª José Gómez Busó

Jubilada, apasionada del patchwork, rematadamente sincera, y enamorada de España, de su himno y de su bandera.

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