Los hombres nos emborrachan para aprovecharse de nosotras, dicen
La androfóbica y misándrica Irene Montero, Ministra del ministerio de igualdad, un ministerio totalmente inservible creado «ad hoc» para ella por exigencias del padre de sus hijos, para tenerla entretenida y muy bien pagada, se supera cada día que pasa en estupidez.
A esta vendedora de humo, supuesta defensora de las mujeres, que por cierto no se ha preocupado de defender a ninguna que no sea de su cuerda, porque señora mía, las mujeres, son mujeres, sin colores, ni siglas. Esta cursi de medio pelo, que afirmaba que a la política se viene llorada de casa, y luego delante de las cámaras llora a moco y baba por pura exhibición, solo se ha interesado por colocar a sus amigas con unos sueldos insultantes en su ministerio y chiringuitos adyacentes. Esta trepa, ni tan siquiera se ha parado a pensar que desde que ella asumió el cargo en dicho ministerio, la violencia de género, las muertes de mujeres a manos de asesinos y de maltratadores, han aumentado notablemente, y ella no ha hecho absolutamente nada, solo ha sabido crear un odio exacerbado hacia los hombres, que se escapa al entendimiento de cualquier persona medianamente inteligente, y de decir una imbecilidad tras otra.
Su frase estrella fue que quería llegar a casa sola y borracha, ahí se coronó como Ministra.
Más tarde, nos deleitó con otras perlas como querer prohibir los piropos, porque siempre según ella y su ministerio denigran a la mujer, o que el rosa no debe ser un color para chicas, y el azul un color para chicos, también se metió con los niños y sus juguetes, que por lo visto también discriminan a la mujer, es decir, las niñas deberán jugar con tanques y los niños con Barbies.
La última de esta cajera con aspiraciones, es defender que los hombres emborrachan a las mujeres para aprovecharse de ellas.
Querida y empoderada Irene: solo decirte que eres totalmente inservible como Ministra, que no aportas nada a la sociedad, que eres una odiadora profesional de hombres, cuando todo lo que eres se lo debes a uno de ellos, tu vida sexual debe de ser muy poco satisfactoria, como cajera no sé cómo serías, pero como Ministra eres todo un fiasco.
Déjanos en paz a las mujeres que queremos a nuestros hombres, que nos gustan el rosa, las Barbies y los piropos, y que ebrias o borrachas, nos gusta volver a casa bien acompañadas, tú no eres quién para decirnos lo que debemos o no debemos hacer. Antes de que tú aparecieras, la mujer ya había conseguido todo lo que se había propuesto, sin la ayuda de ningún hombre, vete de una buena vez a tu casa a criar a tus cachorros comunistas, y déjanos tranquilas.
Con el dinero que nos cuestas tú, tu ministerio, y tus chiringuitos, se reducirían bastante las colas del hambre en España.