¿Lo público es bueno?
La siguiente reflexión nace de las circunstancias a las que se han visto abocados los autónomos como resultado de las medidas que están tomando las autoridades para paliar la epidemia generada por el virus Covid_19.
Resulta que aprovechando la crisis, anda en esto días la izquierda (toda la izquierda) y sus adláteres separatistas pidiendo lealtad y unidad. Mientras, ellos no paran de atacar al adversario. Intentando sacar ventaja para difundir e intentar implantar sus postulados, vendiéndolos como consecuencia natural de la epidemia del coronavirus en España. Defienden, sobre todo, la implantación de la Sanidad Pública, como única forma eficaz del sistema sanitario. Eso sí, como siempre jugando con la confusión entre privado, público y estatal. Cuando dicen público quieren decir propiedad del estado. Igual que cuando dicen neoliberalismo quieren decir liberalismo. Esto es, propiedad privada.
Sintetizando su razonamiento:
Liberalismo = Neoliberalismo = explotación = malo
Público = gestión para el pueblo explotado = bueno
Pues verán, una clínica privada, una compañía de seguros o una línea de autobuses dan un servicio público, esto es para mucha gente. Luego una clínica (de propiedad) privada es también un servicio público. Y ese servicio puede ser bueno o malo. Sin embargo, el Parque Móvil del Estado que ofrece un servicio de chóferes y coches para altos cargos políticos y de la administración, da un servicio privado, ya que es solo para un número limitado de privilegiados. Y el servicio puede ser igualmente bueno o malo.
De lo que no hablan es de eficacia. O mejor dicho crean una nueva confusión:
Público = gratis = eficaz
Privado = caro = ineficaz
Esta forma de retorcer el lenguaje y de apropiarse de él, es algo típico de los herederos de la izquierda leninista (hoy en día prácticamente toda). A eso ahora le llaman crear el relato o generar el relato, en la creencia de que si convences a la gente de tu relato impones la realidad. De esta curiosa forma la izquierda ha pasado del materialismo al idealismo. Y a eso le llaman progresismo, otra palabra resbaladiza. El problema que tienen es que la realidad es terca. Muy terca. En el mismo momento en que pierdes el principio de realidad, generas el caos o la locura.
¿Entonces lo estatal es bueno o malo?
Creo que podríamos estar de acuerdo todos que un servicio, o un producto, es bueno o malo si cumple su función de la manera más eficaz y más barata. Por el contrario, podemos decir que ese servicio o producto es malo si no cumple su función adecuadamente y/o lo hace de un modo caro. O lo que es lo mismo, si son eficaces y con el menor coste posible serán buenos. Si no son eficaces y tienen un coste excesivo, serán malos.
Esto que he dicho es en realidad una verdad de Perogrullo. Archisabida. Y ese es el problema de la izquierda y de las derechas que asumen los postulados de izquierdas. Que son prisioneras de un postulado histórico que defiende que la propiedad privada es enemiga y explotadora del pueblo. Por cierto, otra manipulación del lenguaje:
Pueblo = clases oprimidas
Esto de las clases es un constructo marxista que, como tal, ha fracasado de un modo estrepitoso. Como todo relato que olvida la realidad, según he explicado antes.
El Pueblo, por definición, es el conjunto de personas que vive en una población, región o país determinados. Pero claro, así no hay quien haga la revolución. Por eso hay que inventarse las clases.
Sigo.
Entonces si lo público y lo privado pueden ser ambos buenos o malos, mejor sería que fueran públicos. Ya que lo público se preocupa de todos y lo privado solo de uno mismo.
¡Alto ahí! ¡Quietos paraos! Que diría un capataz de costaleros. Ahora voy a hacer yo otras ecuaciones.
Propiedad privada = competencia = eficacia
Propiedad estatal = ocupación de cargos = desinterés por el resultado
Esto es, la competencia resultante de la iniciativa privada, a su vez consecuencia de la propiedad privada, tiene la necesidad de ser eficaz y de poco coste.
Los cargos públicos solo tienen que ocuparse de gestionar adecuadamente lo que ya existe. No tiene ningún acicate para la mejora.
Vale, pero eso es de primero de Adam Smith, me dirán los lectores más versados en estos temas. Pues no, es de primero de economía, pero hay que seguir repitiéndolo. Porque se sigue negando la propiedad privada. Mejor dicho, se niega la necesidad de los mercados. ¿Pero cómo digo eso si vivimos en una época en la que ha triunfado el Neoliberalismo?
Verán:
El Neoliberalismo, en Europa, ha sido una alianza entre la socialdemocracia y la derecha heredera de la Democracia Cristiana para implantar un capitalismo de amiguetes. La Socialdemocracia y la Democracia Cristiana fueron el bipartidismo implantado por el imperio americano (yo diría anglosajón), para controlar la Europa Occidental. La que quedó en manos aliadas (luego OTAN) tras la II Guerra Mundial.
De esta manera hemos vivido en un mundo de apariencia, donde los poderes económicos y políticos han llegado a un acuerdo. No vivimos en una sociedad de mercado. Vivimos en una sociedad de Oligopolios y Estados. Nada que ver con un mercado. Todo que ver con democracias manipuladas, corrupción y falta de libertades. Esto ha sido así hasta ahora, en que parece que se mueve el hasta ahora invariable esquema Occidental.
Dicho esto, y retomando el hilo, afirmo que una nación que no se preocupa por generar un mercado, una libre competencia, está condenada al fracaso. Algo que ya se ha demostrado hasta la saciedad. Aunque las izquierdas y las derechas que asumen los postulados de las izquierdas no quieran reconocerlo porque les hunde sus esquemas.
Y ese es el problema de los autónomos. Que no tienen mercado. Que les quitan el aire que respiran, el agua donde nadan. No interesan. Son solo una solución al paro. Una fuente de ingresos para el mayor oligopolio que es el Estado.
Tengo la sensación de que nuestra sociedad está implosionando. Como es sabido, eso ocurre cuando las presiones exteriores son superiores a las interiores. Y tengo la certeza de que la única forma de generar presión interior es generando dinámica de mercados. Es dando aire que respirar y agua donde nadar a la gente que vive de la competencia. Como por ejemplo los Autónomos.
Resumo, una sociedad que no mima sus autónomos, o lo que es lo mismo, no mima a su tejido empresarial, como hace España, está destinada al fracaso y al sometimiento.