La risa de nuestro presidente
Siempre me ha parecido necesario que una persona que ocupe un puesto de trabajo debe estar preparada para ocupar dicho puesto de trabajo sea cual sea, y mucho mas si ese puesto es un puesto relevante.
Cuando vamos a un restaurante pretendemos que el personal que nos atiende, esté cualificado y sea profesional, y así en todas las profesiones, ese fontanero que te libra del atasco con una gran profesionalidad, o ese electricista al que ves trabajar con una soltura que te produce hasta envidia por su buen hacer, y ese albañil que te indica lo que hay que hay que hacer para solucionar tu problema de humedades. Todos estos profesionales te dan garantías de su trabajo y seguridad de que todo se va a solucionar de la mejor forma posible.
Así debería ocurrir con nuestros políticos, en quienes está en sus manos nuestro futuro, nuestra sanidad, nuestra seguridad, nuestro dinero y nuestro bienestar.
Viendo el otro día el debate de investidura, el Sr. Sánchez aludiendo a un comentario del Sr. Feijóo sobre qué el no gobernaba porque no pretendía hacerlo pactando con la chusma secesionista, ni con los filo etarras, ni con los avaros del PNV, ni con los comunistas.
Nuestro flamante presidente empezó a reírse de una manera estrepitosa, la risa duró más de lo que permite cualquier catadura moral que a este individuo le falta, seguía y seguía riéndose y los chupopteros y garrapatas varias lo coreaban, ahí me di cuenta de lo que había ocurrido en España, se había reelegido como presidente del Gobierno de España a alguien que era primo hermano de las hienas y que si no lo remediábamos más pronto que tarde, acabaría comportándose como se comportan esos animales.
La risa ya la imita a la perfección.