La propaganda de la demagogia de la izquierda

Wikipedia tiene en internet un gran papel como enciclopedia mundial abierta y gratuita. Aporta definiciones y conceptos necesarios para poder comunicarnos sólidamente. Francis Bacon criticaba los “ídolos del mercado” que no son otra cosa que “usar un lenguaje incorrecto, como son los conceptos prejuiciosos o ambiguos, que resultan inadecuados para la comunicación y por ende para el conocimiento científico”.

Así, el concepto de Demagogia aparece en Wikipedia definido como sigue: “estrategia utilizada para conseguir el poder político que consiste en apelar a prejuicios, emociones, miedos y esperanzas del público para ganar apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la retórica, la desinformación, la propaganda política y la ignorancia o duda culturalmente inducida, especialmente mediante la publicación de datos científicos erróneos o tendenciosos”.

Sin embargo, en la propia Wikipedia hay muchas definiciones que no parecen equilibradas al definir conceptos o ideas aparentemente antagónicos. Veamos por ejemplo como se define a la extrema derecha y a la extrema izquierda.

Extrema derecha, derecha radical o ultraderecha “son términos políticos utilizados para describir movimientos o partidos políticos que promueven y sostienen posiciones o discursos ultraconservadores, ultranacionalistas y autoritarios considerados extremistas. Utilizado para describir las experiencias del fascismo y el nazismo, hoy en día la política de extrema derecha incluye el neofascismo, el neonazismo, la derecha alternativa, el supremacismo blanco y otras ideologías u organizaciones que presentan aspectos xenófobos, racistas, homófobos, machistas, teocráticos o reaccionarios. La política de extrema derecha puede conducir a la opresión, la violencia política, la limpieza étnica o el genocidio contra grupos de personas, en función de su supuesta inferioridad o su percepción de amenaza para el grupo étnico nativo, la nación, el estado, la religión o cultura dominante o instituciones sociales conservadoras”. 

Si se analiza esta definición se observa que alude a “posiciones consideradas extremistas” pero que sin citar ninguna característica concreta o ejemplos de posiciones extremistas. A continuación, se hace un totum revolutum, un batiburrillo de términos “neofascismo, neonazismo, la derecha alternativa, el supremacismo blanco y otras ideologías” que se presume son ejemplos de extrema derecha pues contienen “aspectos xenófobos, racistas, homófobos, machistas, teocráticos o reaccionarios”. A continuación, se advierte de sus peligros porque “La política de extrema derecha puede conducir a la opresión, la violencia política, la limpieza étnica o el genocidio contra grupos de personas en función de su supuesta inferioridad o su percepción de amenaza para el grupo étnico nativo, la nación, el estado, la religión o cultura dominante o instituciones sociales conservadoras”. 

Nada cabe criticar a este primer enfoque que hace Wikipedia de lo que se considera la extrema derecha. Ya después llegará el momento de ver en qué medida esa definición de contenidos o comportamientos son realidad en ideologías u organizaciones concretas. (¿Es VOX de ultraderecha?)

No obstante, llama la atención la falta de equilibrio con la definición que aporta Wikipedia sobre lo que es la extrema izquierda. Se limita a decir que es “un término utilizado popularmente en política para definir al conjunto de movimientos, ideologías y partidos políticos que promueven sistemas sociales y económicos más a la izquierda que la izquierda política tradicional. El término se ha usado para describir ideologías como el anarquismo, el anarcocomunismo o el maoísmo, entre otros. ​No hay acuerdo ni consenso general sobre las características centrales que constituyen a la extrema izquierda”. Una definición muy pobre.

Un poco más adelante añade: La política de extrema izquierda se considera radical porque exige un cambio fundamental en la estructura socioeconómica capitalista de la sociedad. March y Mudde afirman que los partidos de extrema izquierda son un actor político cada vez más estabilizado y desafían a los partidos socialdemócratas convencionales. Definen además otras características centrales de la política de extrema izquierda como el internacionalismo y un enfoque en la creación de redes y la solidaridad, así como la oposición a la globalización y el neoliberalismo.”

Lo primero que cabe preguntarse es, ¿están estas dos definiciones equilibradas? Nada se dice de que la extrema izquierda sea totalitaria, antidemocrática y negadora de la propiedad privada. No se la asocia con el leninismo, estalinismo, polpotismo, castrismo, madurismo o comunismo. Tampoco se dice nada de los aspectos violentos, terroristas, dictatoriales, antirreligiosos y antidemocráticos que contiene.

Igualmente se guarda silencio sobre sus peligros porque la política de extrema izquierda, como ha demostrado la realidad histórica, puede conducir a la opresión, a la violencia política, al genocidio que tuvo lugar en los Gulags o en Camboya. La treintena de dictaduras comunistas que en el mundo han sido, han actuado criminal y ferozmente contra grupos de personas en función de su supuesta inferioridad por razón de su clase económica, intelectual o creencias religiosas, o por percibir que fueran miembros irrecuperables de la sociedad o de la cultura burguesa. No les ha temblado el gatillo por considerarlos incapaces de aceptar la dictadura del proletariado como fase socialista de transición del capitalismo al comunismo. Tampoco se dice nada de su íntima conexión con la ideología marxista que es la que fundamentó y justificó todos esos crímenes y represiones, y sigue haciéndolo hoy.

Wikipedia es un instrumento cultural que tiene una utilidad innegable, pero resulta penoso que frecuentemente sus contenidos ideológicos o políticos tengan un sesgo izquierdista demagógico. ¿A qué se debe esto? Hay múltiples razones. Citemos tres. Primera, hay intelectuales y propagandistas de izquierda que se dedican a subir contenidos engañosos, cabe entender que lo hagan, pero también son culpables los intelectuales de derecha por no dedicar su tiempo a subir, también a Wikipedia, comentarios que desmientan esa tergiversación frecuente de los hechos y de las ideologías. Segunda, las instituciones democráticas deben obviamente ser críticas contra todos los movimientos que no lo sean, pero no dedican medios suficientes para detectar los conceptos engañosos ideológicos o políticos, que vienen más frecuentemente de la izquierda. Los regímenes comunistas/marxistas, han financiado y financian la subida de contenidos demagógicos a las redes, mientras que los regímenes democráticos no han dedicado medios para contrarrestarlos. Y tercera, la derecha sigue teniendo un complejo de inferioridad ante la izquierda. En lugar de entender y denunciar que los regímenes comunistas son criminales y que el marxismo es un pensamiento criminal, callan y se colocan una camiseta del Che Guevara con la esperanza de que los “intelectuales” de izquierda les perdonen la vida y los admitan en los círculos culturales. Si queremos un mundo mejor hay que atacar la mentira. La pasividad es inaceptable.

Enrique Miguel Sánchez Motos

Administrador Civil del Estado. Autor del libro “Historia del Comunismo. De Marx a Gorbachov, el camino rojo del Marxismo”

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