La nueva engañifa del hidrógeno verde
Últimamente los telediarios progubernamentales (en España todos los medios grandes están al servicio del gobierno), están comentando sobre el hidrógeno verde como una gran novedad y solución a nuestros males.
La mayoría no sabe que es eso, pero le ve a Sánchez dándose abrazos al presidente francés y la gente creerá que será algo extraordinario.
Veamos que es. El hidrógeno (H) es el elemento más antiguo, más ligero y abundante del universo. Se encuentra presente de forma natural en numerosos compuestos, en particular en el agua y los combustibles fósiles. Pese a su abundancia en la Tierra, el hidrógeno no existe de forma natural en su forma pura en grandes cantidades. El hidrógeno se encuentra casi exclusivamente en compuestos, en particular las moléculas de agua (hidrógeno y oxígeno) y los combustibles fósiles (hidrógeno y carbono). Es posible liberar el hidrógeno contenido en estos compuestos, pero para ello hace falta energía. Es caro producirlo.
Hoy en día, la mayor parte del hidrógeno es «gris», que se produce por medio de combustibles fósiles, en particular mediante el reformado de gas natural con vapor de metano o la gasificación del carbón. Estos métodos de producción a base de combustibles fósiles, que representan el 95 % de la producción de hidrógeno actual, produce una importante huella de CO2 y es muy costoso.
La tecnología para producir hidrógeno y utilizarlo para diferentes usos es conocida desde hace años, por lo que no hay ninguna novedad. La electrólisis es el proceso químico que produce hidrógeno a partir de agua y electricidad. Los electrolizadores —aparatos que pueden dividir el agua en oxígeno e hidrógeno— se inventaron hace más de 200 años. El problema es de coste. Producir H es muy caro.
La producción de electricidad con renovables, si los políticos no meten sus sucias manos a través de impuestos, es muy barata. Esta es la clave, producir H vía electrólisis con electricidad renovable, esto es el H “verde”. No obstante, hay muchos problemas que resolver como es el del agua, recurso escaso y necesario para producir el H, el transporte, el almacenamiento y la distribución al cliente final. EL H es muy ligero y volátil y hay que gestionar el proceso de forma muy cuidadosa para evitar accidentes dada su explosividad.
Otra cuestión es por ejemplo su utilización para mover vehículos con pilas de combustible que utilizan el H y producen electricidad para mover los coches. Esta tecnología existe desde hace años y ya hay vehículos a modo de prototipo que se mueven hoy por las carreteras. De nuevo el problema es de coste. Poner ese H en una “hidrogenera” es muy costoso. Debemos estar alerta porque los políticos utilizarán los impuestos para motivar el cambio, pero ello traerá consigo un encarecimiento brutal para el consumidor final. Por otra parte si ahora quieren el H, sería bueno preguntarse porque insisten en los coches con enchufes.
Hoy día ya pagamos la gasolina a 1,80€ el litro, cuando hace dos años el precio era de 1,30€, es decir, casi un 40% más caro y eso se transmite a toda la economía con encarecimiento de todos los productos. Y parece que nadie hace nada y dejan que la población se empobrezca con la subida de precios y los impuestos. Estaría en su mano bajar el precio de los combustibles mediante reducción de impuestos a los combustibles y automáticamente veríamos caídas en los precios de todos los bienes y servicios. No lo hacen.
Todavía persisten muchas dudas sobre cómo evolucionará el mercado del hidrógeno, quiénes aparecerán como líderes del mercado y cuáles pueden ser sus implicaciones geopolíticas. Los estudios más optimistas de organismos internacionales dicen que se prevé que podría satisfacer hasta el 12 % del consumo total de energía final en el horizonte de 2050. Sólo el 12%, lo que significa que seguiremos dependiendo de los combustibles como hasta ahora. Pero si los políticos se empeñan en introducirlo a la fuerza, lo que conseguirán es que se nos encarezca la factura energética a los consumidores. Ya vemos que con las energías renovables, que iban a ser la panacea, tenemos precios de la electricidad mas elevados que nunca y es que los políticos en la Europa actual solo saben mentir, robar, meternos en guerras y hacer que Europa sea cada vez menos competitiva, ya que en Asia o USA, siguen produciendo energía de la forma más barata, para que sus países sean competitivos y puedan inundarnos con sus productos.
La política energética es muy importante, de ello depende que tengamos cierta independencia o no, como vemos ahora con el conflicto entre Rusia y Ucrania. Si explotáramos nuestros recursos de gas, que los tenemos para al menos 50 años, no tendríamos los problemas de carestía y escasez que hoy tenemos.
La energía nuclear también da independencia, en Francia más del 90% de su electricidad es nuclear y aquí en España el gobierno sectario actual, propicia el cierre de las centrales.
Nuestros competidores asiáticos y norteamericanos no dudan en utilizar todos los recursos disponibles, ya sea carbón, gas natural, nuclear, renovables o lo que sea. En Europa y en España más, los sectarios solo promueven lo más caro, como las renovables o ahora el hidrógeno. Así nos va.
Además, el supuesto beneficio que buscan de limitar el efecto invernadero es falso, porque ese asunto es global, no europeo y la incidencia de Europa es cada vez menor, por lo que los esfuerzos que hacemos los europeos no sirven para nada.
Europa quedará como un gran parque temático para los turistas del resto del mundo y todos los europeos, de camareros.