La muerte de Rubalcaba
El despliegue mediático sobre la muerte de Alfredo Pérez Rubalcaba me ha parecido un despropósito en toda regla, una precampaña del PSOE a su más puro estilo.
Me produce animadversión el hábito que tiene la gente de santificar a los muertos, y los muertos son demonios o Santos, tanto vivos como muertos.
Rubalcaba nunca fue santo de mi devoción, es más cuando lo veía en televisión cambiaba de canal, su aura no me parecía limpia, pero claro eso es una percepción muy personal.
En cuanto a su trayectoria política como en todo hay luces y sombras, pero ni de lejos lo veo un personaje tan relevante como hoy y ayer han querido hacernos creer.
El no respetar el día de reflexión por los atentados del 11 M y el caso faisán le han situado en el punto de mira, aunque esto dos acontecimientos nunca fueron probadas, planean sobre su persona.
Ni los buenos son tan buenos, ni los malos lo son tanto.
Atacar a VOX porque no ha acudido a su capilla ardiente, también me parece otro acto populista y fuera de lugar por parte de algunos partidos políticos, cuando me conviene no es nadie y cuando me interesa se convierte en una fuerza política relevante, creo que VOX ha estado muy acertado en su postura.
Al César lo que es del César.