La manifestación del odio
"Bajo la denominación “Ospa Eguna” , “Fiesta del adiós” en castellano, pese a lo dispuesto en materia de seguridad para la salud pública, es decir, la consabida distancia social, la reducción de reuniones en vía pública y otras normas exigidas al conjunto de la ciudadanía, con prepotencia y chulería de matones, se pasearon alegremente por donde quisieron".
El pasado sábado, día 29, tenía lugar en la localidad navarra de Alsasua la manifestación del odio proetarra bajo el consentimiento de las máximas autoridades nacionales, regionales y locales. Los cachorros de ETA, nunca mejor dicho dada la presencia de niños, recorrieron las calles proclamando, a viva voz, sin complejos sus soflamas a favor de la banda terrorista, en contra de España y a favor de la salida de Vascongadas y Navarra de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. La exaltación de la violencia, la defensa de la extorsión, amenaza e intimidación fueron sus cánticos y eslóganes repugnantes.
Bajo la denominación “Ospa Eguna” , “Fiesta del adiós” en castellano, pese a lo dispuesto en materia de seguridad para la salud pública, es decir, la consabida distancia social, la reducción de reuniones en vía pública y otras normas exigidas al conjunto de la ciudadanía, con prepotencia y chulería de matones, se pasearon alegremente por donde quisieron. Pero, teniendo en cuenta el motivo de la convocatoria, lo que quedó claro es el delito de incitación al odio y la defensa de la violencia. Aquí no pasa nada, ni antes de la manifestación, ni después del grotesco insulto al estado de derecho que, basado supuestamente en el imperio de la ley, mantiene una indiferencia hacia los que se burlan de las víctimas de su segregacionismo criminal y, de la memoria de las víctimas de sus imposiciones, adueñándose de las libertades públicas y del espacio común. Son los dueños de la calle, de los medios de comunicación y, mercadeando con sus apoyos, someten a los partidos que, deseando el poder a toda costa, venden el interés general a la causa proetarra.
Pero vamos a citar, con nombre y apellidos a los responsables de haber impedido esta concentración instigadora del miedo y la violencia. En primer lugar, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, responsable de la seguridad pública; en segundo término, la Fiscal General del Estado, Dolores Delgado García, más una comisaria política del PSOE que la defensora del los derechos ciudadanos frente a las intimidaciones y amenazas de los batasunos y compañía; en tercer lugar, el delegado del Gobierno de España en Navarra, José Luis Arasti Pérez, recortador al más puro estilo taurino que, mirando hacia otra parte, autorizó la manifestación. De la presidente de la Comunidad Foral de Navarra hablaré más detenidamente, como también del alcalde de Alsasua. Ambos comparten protagonismo con los culpables citados.
María Chivite Navascués es la presidenta autonómica. Su elección bajo las siglas del PSOE y el apoyo de la izquierda radical la permitió auparse a la poltrona regional. Recordaremos, que es importante, sumó venti tres apoyos: 11 de su partido, 9 de Geroa Bai, 2 de Podemos y 1 de Izquierda-Ezquerra. Una alianza de corsarios de la anti España. Además con sus guiños y coqueteos a los abertzales, les engatusó para que los 5 representantes de EH-Bildu se abstuvieran. Las cuentas cuadraban y la izquierda reaccionaria consumaba la conquista del poder ejecutivo regional. Desde entonces, sus actuaciones se cuentan por deslealtades hacia nuestra Patria.
Frente a este bloque, Navarra Suma consiguió 22 representantes. La paradoja del juego democrático situaba a la formación más votada en la oposición. Pues bien, esta señora, hipotecada por los apoyos recibidos se solidariza con la causa de sus huéspedes en el gobierno que preside.
El otro cantamañanas que falta en el reparto de culpas es el alcalde de Alsasua, Javier Ollo Martínez, de Geroa Bai, por tanto colega de los manifestados. Su estupidez y falta de decoro, como lo es su escasez de talento y talante democrático, le ha llevado a querer protagonizar la actualidad informativa con sus irresponsables declaraciones. En su visión rupestre de la realidad, establece símiles y comparaciones entre las movilizaciones a favor de “la despedida” y los actos en defensa de la memoria de las víctimas de ETA. No es de extrañar, dado el pelaje y las pinturas de guerra que exhibe su tribu política. Este voceras y pregonero de la mentira y la verdad manipulada, también es responsable de lo vivido en la jornada del sábado. Su comportamiento merece la reprobación y la condena por su complicidad.
Los colectivos de víctimas de ETA, las asociaciones de la Guardia Civil, el Partido Popular y Vox, se han pronunciado contundentemente contra tanta dejación de los responsables en su prohibición y exigen la depuración de culpas de los mismos. Muchos españoles de bien también condenamos la impunidad de los neoetarras y la indolencia indiferente de nuestros gobernantes. No puedo olvidarme, ya que sería torpe por mi parte, recordar que nuestro ilustre vicepresidente del Gobierno de España, secretario general de Podemos, Pablo Iglesias Turrión, siempre ha disfrutado de las herriko tabernas en compañía de los radicales de la kale borroka, es decir, de los vándalos y terroristas de la calle. Allí disfrutó y alentó con su dialéctica y diarrea verbal, bajo los aromas de la sidra y los chateos, el pronunciamiento independentista violento y amenazador de la paz social. Él también tiene su protagonismo al ser un adulador de los que “luchan” por la defensa de la patria vasca.
“Fiesta del adiós” a la Guardia Civil, Policía Nacional, Fuerzas Armadas y a la Policía Foral. Precisamente odio a quienes en el ejercicio de sus funciones han dado muestras reiteradas de auxilio, apoyo y garantía a la convivencia en aquellos territorios, tan españoles como los del resto de España. Yo espero, y así solicito, que se instruyan, si es que todavía no se ha hecho, instrucciones fiscales para castigar a los convocantes y a sus autorizadores. Mi apoyo a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado es incondicional, incontestable, siempre seré deudor de su arrojo y valentía, de su servicio a nuestra Patria. Sois un motivo de ejemplo y orgullo para muchos españoles, tenedlo claro.
Mientras, conviene que desenmascaremos a los acólitos de ETA, a las mil y una caras que tienen sus formaciones afines, a los que se coaligan con ellos y a los que les tributan consideración, respeto y reconocimiento. No nos olvidemos de esto, que ahora, en Moncloa hay mucho diálogo de trastienda con los bárbaros del norte. Sus portavoces están en Madrid, sentados en las Cortes Generales, negocian y trapichean sus apoyos a Sánchez, y utilizan la tribuna parlamentaria para bramar exabruptos independentistas. Terroristas maquillados y actores de la tragedia vasca., acompañados por la triste pandilla de amiguetes de hemiciclo.