La inmigración descontrolada vuelve racista al más tolerante

Sobre los migrantes, inmigrantes, emigrantes, y como quiera que sea la forma correcta de llamar a nuestros invasores, están consiguiendo volver racista al mayor de los tolerantes.

«El pelo de la mujer emite rayos que enloquecen al hombre» según el Islam Iraní. Esta es la última perla que leo en algún sitio, sobre cómo deben llevar el pelo las mujeres para que los hombres no enloquezcan, un buen Burka, Nikab, Chador, Al-Amira, Hiyab o Shayla sería según estos dictadores lo correcto. Pues bien, ahora vamos a ser sinceros y el que diga lo contrario miente. Los españoles, en su inmensa mayoría, estamos hartos de tanta estupidez, tanta imposición, y tanto islamista.

Vienen en pateras, eso sí todos ellos provistos de un teléfono móvil de alta gama, pegado a la oreja.

Si estos supuestos refugiados son menas (menores no acompañados) van directamente a un centro de acogida, donde generalmente agreden a sus cuidadores, se escapan y se dedican a delinquir de la forma más violenta.

Si son un poco mayores, su único objetivo en la vida, es dedicarse a la venta de productos falsificados en las mayores capitales de nuestro país, con el consentimiento y beneplácito de las alcaldías podemitas. Si son mujeres y están embarazadas, el niño nace con una docena de panes debajo del brazo, porque las ayudas se multiplican. Si son familias enteras, ahí hacemos pleno al quince, reciben casa, una ayuda por cada niño, (suelen tener de tres a cuatro), colegio y sanidad, todo ello de forma gratuita.

El consentir y otorgar tanto privilegio a cambio de ningún rendimiento, se ha extendido como la pólvora en sus países de origen, y llegan a bandadas como los pájaros, solo deben cumplir un único requisito, ser musulmanes.

Ahora los españoles estamos cansados, muy cansados, de ver la cantidad de privilegios que tienen sobre nosotros, y para más escarnio tenemos que aguantar cada vez más, sus imposiciones.

No quieren cerdo en los comedores escolares, debe impartirse la religión islámica en los colegios, sus niñas deben llevar la cabeza tapada. Sus mujeres deben ir vestidas tradicionalmente, vemos videos de cómo pegar a una mujer para que sea sumisa, y de cómo educar a los niños a base de palos.

Manadas de violadores que quedan totalmente impunes, okupas violentos, traficantes de medicinas que obtienen aquí de forma gratuita y revenden en su país; en definitiva, la mayoría son gente totalmente tóxica para nuestra sociedad.

Lo peor de toda esta inmigración, es que aparte de no producir ningún beneficio a nuestra sociedad, no se adaptan a nuestras costumbres, ni lo harán nunca; sus pretensiones no son otras que ir introduciendo poco a poco sus absurdas y dictatoriales costumbres hasta que nosotros lleguemos a ser como ellos.

Jamás he visto a una pareja de musulmanes ir cogidos de la mano, o darse un beso ni siquiera en la mejilla; ahora bien, las mujeres están siempre en un perpetuo embarazo desde muy jóvenes, eso sí lo veo a diario.

Cuando yo era más joven y mucho más estúpida, todas esas culturas llegaron a fascinarme, hasta que viajé a Túnez y vi lo que valía allí una mujer, es decir nada.

Mi reflexión es la siguiente, qué tiene, o mejor dicho, en qué se beneficia el señor Sánchez para consentir que sigan entrando en tropel toda esta gente, que ni es refugiada de ninguna guerra, ni aporta nada a nuestra sociedad.

La verdad es que como en todo, siempre está la excepción que confirma la regla, pero por desgracia en este caso no veo ninguna excepción.

Lo único que está consiguiendo el peor presidente por accidente de la historia de España, es que cada vez seamos más racistas.

Mª José Gómez Busó

Jubilada, apasionada del patchwork, rematadamente sincera, y enamorada de España, de su himno y de su bandera.

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