La impotencia obsesiva de un progre de izquierdas
Hay mañanas, en que es mejor quedarse en la cama; quiero en este escrito exponer la pluralidad y el derecho a la libertad de expresión, haciendo de mi palabra, de mi voz, el estribillo paradigmático para la rancia ideología de la progresía de izquierda.
Me refiero, a ese artículo o escrito de uno de los progres por excelencia, Antonio Maestre, en la Sexta, titulado: «El padre terrorista y la cobardía cayetana», y cuya pobre mediocridad en la creatividad nos dejan perlas como esta: «El problema de Cayetana Álvarez de Toledo es que no soporta que le recuerden que lo que tiene no es por su trabajo, sino por su cuna…». El gran Antoñito Maestre, un personaje que ha hecho del insulto y la falacia su forma de vida.
Se hacen llamar progresistas y son la viva imagen de la regresión, son una paradoja reiterada y continua; el principal culpable de sus males siempre es Franco y luego sus afines o acólitos respectivamente. Son analfabetos integrales, sus mediocres e ínfimos conocimientos de historia, de nuestra historia, no pasan de un descarado e inmenso adoctrinamiento.
Por poner un ejemplo: en un debate protagonizado por Eduardo García Serrano Vs Tania Sánchez, la última se atrevió a aseverar que en la segunda República se creó o surgió del sentimiento de lucha contra el fascismo y que los republicanos luchaban por la democracia y contra el franquismo.
En primer lugar, la segunda República nace de unas elecciones municipales donde además pierden los republicanos. Es legitimada por la derecha, eso sí, esa derecha fascista, déspota y cruel, por no hacer una antagonía beligerante y defender la monarquía. Por lo que creo, se equivoca, y en lugar del fascismo, quiso decir absolutismo, lo digo por eliminación y por buscar una lógica en su argumentación, aunque a decir verdad, a día de hoy sigo sin encontrarla, ya que Municipales hace referencia a los ediles y alcaldes de los pueblos y ciudades, no a un cambio o transición en el régimen de gobierno de un país.
La segunda de las razones es el mayor de los absurdos, pues ningún miembro del frente popular era demócrata ni conocía la democracia, como tampoco el franquismo. En mi opinión, eran los verdaderos y reales fascistas, pues imponían su ideología a base de violencia. Dejando de lado esto último y mirando esta, su razón, desde su errada perspectiva, llamando a los nacionales franquistas, estos surgieron o nacieron contra ese frente popular que decía luchar contra ellos, años antes de su existencia. Pues no fue solamente una sublevación o pronunciamiento militar, sino la sublevación o levantamiento de la media España que no se resignó a morir, simplemente por sus ideas. Decidiendo morir, SI, pero de pie, antes de vivir de rodillas, en esa larga y cruel agonía que sin duda suponía su ambiguo y aciago destino.
Recordar que, el frente popular ya aplicaba sus violentas y nocivas políticas antes de pronunciarse Franco, por lo que se presume que ese movimiento, al que definen, como franquismo, aún no se conocía, por su cierta inexistencia.
Está claro que la izquierda progre, la izquierda en general, parte de un error en su particular y totalitaria memoria histórica, postulada en un pretérito inventado, fruto de un adoctrinamiento postulado en la versión anhelada, utópica, y no de la realidad y verdadera historia, por lo que se puede aseverar, con firmeza rigurosa, que son en su conjunto, en su todo, un error.
Sólo el error y el embuste necesitan del poder para sustentarse, la verdad se sustenta por sí sola.
Por eso, las pasadas declaraciones de la diputada del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, haciendo referencia al oscuro pasado terrorista del padre de Pablo Iglesias, no tienen recorrido jurídico penal, por ser una realidad y certeza histórica, datada y comprobada, postulada en la praxis empírica y muy al contrario las de Antoñito Maestre, por ser meramente especulativas, teóricas o postuladas en la teoría. Lo que se conoce, vulgarmente, como propaganda.
No por gritar o descalificar más, se tiene razón; la razón, la verdad, es la que es, no existe ni “tu verdad, ni mi verdad». Sólo hay una verdad, como también sólo hay una historia.
Recapitulando, diré que el escrito o artículo del revisionista y regresionista pseudoprogresista Antoñito Maestre, es fruto de la impotencia creada por ver regresar a sus vidas, uno de sus tantos pecados originales, la de sus queridos y olvidados fantasmas pretéritos.