La deuda pública: una herencia maldita

Tenemos la mayor deuda en Europa, después de Grecia, Italia y Portugal, lo que supone un freno al crecimiento y nos convierte en un país poco seguro y fiable.

A la ciudadanía, cuando le hablan de deuda pública le suena a música celestial, como si se tratara de una pandemia pasajera, y no es así.

La deuda pública, es una losa que va a condicionar la calidad de vida de todos nuestros descendientes.

Tenemos la mayor deuda en Europa, después de Grecia, Italia y Portugal, lo que supone un freno al crecimiento y nos convierte en un país poco seguro y fiable.

Desde 2008, todos los gobiernos, pero siempre destacando los de izquierdas, han incurrido en déficits seguidos (gastan más de lo que ingresan), la suma de los cuales ha provocado un aumento sustancial de la deuda pública, con la picaresca, canalla, e irresponsable teoría de cada gobierno, de que “quien venga después, que arreé”.

En marzo de 2008 la deuda era de 380.000 millones €, y hoy día es de 1,5 billones (casi 32.000 € por cada español), lo que ha supuesto desde entonces un incremento abismal del 296 %. Tan grande es, que la partida destinada a pagar solo los intereses de la deuda pública, ya es la cuarta más importante del presupuesto del estado.

Todos los gobiernos han tenido culpa, pero en especial los de izquierda, y sobre todo el “sanchista” especialista en derrochar y en gastar más de lo que recauda, sobre todo en áreas improductivas (subvenciones, ministerios de adorno, organismos superfluos, etc.) que ellos llaman gasto social cuando realmente es un gasto “electoral” para mantenerse en el poder.

Y por si esta terrible carga no fuera suficiente, les voy a aportar más datos, de los cuales, nuestro presidente Sánchez en sus últimas apariciones públicas, no hace mención alguna, por lo que al parecer se siente muy orgulloso, y sobre todo encantado de conocerse:

. Tenemos el paro más alto de todos los países europeos, el doble de la media en la Comunidad Europea, y escandalosamente elevado en el sector juvenil. Y eso sin contar a los indefinidos discontinuos, que es como han disfrazado los contratos temporales.

. La persistente inflación, que está provocando una importante y preocupante reducción del poder adquisitivo de los españoles.

. Somos el último país de la Comunidad Europea en recuperar el PIB anterior a la pandemia.

. Tenemos 13 millones de españoles en riesgo de pobreza

. Sube el empleo público (el menos productivo de todos) alcanzando máximos históricos que rebasan los 3,5 millones de funcionarios.

. Durante 2.022 se ha reducido sensiblemente el tejido empresarial español y han desaparecido decenas de miles de autónomos, que son los verdaderos emprendedores de nuestra actividad económica.

. La deuda con la Seguridad Social ha superado por primera vez los 100.000 millones de euros.

Pero nunca, que es nunca, oirán a Sánchez hablar de esta cruda realidad, ni por supuesto de la deuda pública, la cual le trae sin cuidado, pues lo suyo siempre es ensalzar todo que suponga gasto y más gasto, ya que el término austeridad no figura en su ideario.

Y lo más lamentable es que cuando la derecha llega al poder, siempre es la que tiene que sacar las castañas del fuego y hacer los deberes que la izquierda no hizo, lo cual siempre supone un muy importante costo electoral, porque las medidas de austeridad nunca le gustan a nadie y no son populares.

Así que ya saben, si quieren que progresivamente se vaya recortando la deuda pública y así asegurar el futuro de sus hijos y nietos, por favor, voten a cualquier partido que no sea de izquierdas, porque estos solo nos traen retraso y más pobreza.

 

 

Pablo D. Vela Boullosa

Ingeniero Industrial. Experiencia profesional de 36 años en el sector gasista (GLP y Gas natural), en las áreas de Seguridad, Comercial y Marketing, en España, Perú y Argentina.

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