La CIA diseñó la actual tortura psicológica de toda la población mundial

"Estamos siendo torturados..."

En multitud de ocasiones, en otros digitales, se lo fui indicando. Planetario simulacro para acelerar agendas de las diabólicas élites. Operación psicológica militar de falsa bandera. Inequívocamente militar, torturas psicológicas en el ínterin para torcer voluntades, inexcusable dato. Tras las bambalinas, los de siempre. Los globalistas del terror, los que siempre se llevan injustamente el parné a espuertas, los psicópatas folla/mata niños ansiando dominar y controlar el planeta cual si fuera su granja particular. Enfermando sistémica y sistemáticamente al ganado. Pareciera que ante los focos compitan e, incluso, devengan enemigos. Nada más falso. Poseen el mismo proyecto neo-maltusiano. Eugenésico. Genocida, seamos precisos. La hoja de ruta de las grandes familias financieras yanquis. Trece. Y los 300 de Coleman. Y los 33. Suculentos pináculos piramidales. Gentuza, sin más.

Estamos siendo torturados: Albert Biderman, MK-ULTRA, KUBARK…

Y volvamos a las torturas poblaciones. Psicológicas. Marca CIA/OTAN, pues. Recordemos, por ejemplo, que el «confinamiento general obligatorio» ya fue concebido hace más de tres lustros en el seno del gobierno Bush hijo. La «salud pública», como hoy, el patético pretexto. Tras el trampantojo, la desnuda realidad: militarizar la sociedad yanqui utilizando como coartada un simulado ataque bioterrorista. Tal proyecto, de aquella siniestra administración yanqui, aplicado actualmente en el planeta entero. Con efluvios MK-ULTRA. Obviamente, también CIA.

Año 1923, momento culmen, el denominado Diagrama de Biderman.  Siete métodos de coerción elaborados por el sociólogo Albert Biderman para la destrucción sistemática de la psique humana. Rememoremos, también, los dos manuales de la CIA, titulados KUBARK Counterintelligence Interrogation (julio, 1963), primera parte y segunda. Y el posterior, más perfeccionado si cabe, Human Resource Exploitation Training Manual (1983), tan deudores ambos del citado e insoslayable Biderman.

«Técnicas coercitivas” para maltratar psicológicamente a los detenidos. La CIA aclarando, unos caballeros la verdad, que los mejores métodos para extraer información a los detenidos no pasaban por la imposición de castigos físicos, sino a través de la tortura psicológica. Sin nadie limpiando la sangre, mejor.

El dolor físico se considera, en ese sentido, contraproducente. Lo ideal sería ofrecer cierto sentido de “familiaridad” con el torturador, a fuer de desorientación y aislamiento: sellos distintivos para minar psicológicamente a un detenido que pase por los métodos KUBARK. Tras ello, solo te resta firmar. Lo que sea. Su inicua aspiración.

Falsa pandemia: siete métodos para la destrucción sistemática de la mente humana

E hinquemos el diente a Albert Biderman. Y cotejémoslos con nuestra actual tortura…

Uno. Aislamiento (cierre, toque de queda)

Dos. Monopolio de la percepción (censura y supresión de vídeos, canales alternativos…)

Tres. Agotamiento y debilitamiento inducidos (amenaza de encierros permanentes, utilización de bozales, terror psicológico a través de los medios de comunicación, pánico y paranoia constantes…)

Cuatro. Amenazas de consecuencias negativas, castigos y violencia en caso de incumplimiento (multas y más allá…)

Cinco. Concesiones ocasionales (se promete relajación, la vacunación está ahí, pero no es suficiente…)

Seis. Humillación y degradación (bozal, arbitrariedad, discriminaciones e inexplicables sinsentidos…)

Siete. Hacer que la víctima dependa del torturador (falta de vacunas, tiendas, restaurantes cerrados, dependientes del Gran Leviatán limosnero, obligación de ir al cole…)

¿Les ha sonado de algo? Pues eso. En fin.

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