La aventura del Turquesa y el Golpe de Estado Socialista contra la República en 1934
El 4 de febrero de 1934 se celebró en el cine Pardiñas de Madrid un mitin socialista. Indalecio Prieto aseguró que si los socialistas iban a la lucha, el triunfo sería seguro. Luego expuso el plan de organización del estado tras el golpe, añadiendo que “todos los órganos de la administración habrán de ser intervenidos por comisarios del pueblo”. El Golpe de Estado Socialista de octubre de 1934 ya estaba diseñado, estudiado y en inicio de preparación, en enero, tras perder las elecciones de noviembre 1933.
Ellos, naturalmente, no lo llamaban Golpe de Estado por ser un término políticamente incorrecto, lo llamaban “revolución” y para ello habían creado un «Comité Revolucionario» con el fin de organizar la preparación armada de sus votantes. Dicho comité fue, tras el fracaso, juzgado y condenado por traición a la República, contra la cual habían conspirado para implantar la Dictadura del Proletariado: “El proletariado debe hacerse cargo del Poder” (discurso de Prieto en Madrid, 4 de febrero 1934).
Indalecio Prieto, Juan Negrín, Ramón González Peña y Amador Fernández, compraron por medio millón de pesetas un armamento confiscado a unos revolucionarios portugueses, que se encontraba depositado en el castillo de Santa Catalina en Cádiz.
El Turquesa y el Golpe de Estado socialista del 34
Para trasladarlo a Asturias, compraron un barco, El Turquesa” por 73.000 ptas. Lo llevaron a Cádiz y tuvieron la desfachatez de utilizar a los propios soldados de la República para cargar el armamento en el barco. Trataron de despistar diciendo que el barco se dirigía a Burdeos para posteriormente dirigirse a Abisinia.
Amador Fernández, presidente del SOMA-UGT y el capitán del barco acordaron lugar y hora para el desembarco en Asturias.
El 10 de septiembre, el Turquesa fue fondeado entre San Esteban de Pravia y Muros del Nalón. Tenían previsto que llegasen cinco lanchas para descargar el armamento en la playa de Aguilar, pero solo llegaron tres. Un centenar de militantes de SOMA-UGT-PSOE esperaban en la playa para cargar el armamento y llevarlo a unos escondrijos.
Para el traslado utilizaron taxis de los propios afiliados socialistas, coches de los propios ayuntamientos de Langreo y Mieres y camionetas de la mismísima Diputación de Oviedo. La complicidad y premeditación de los políticos y dirigentes que habían jurado fidelidad a la República era indiscutible y está sobradamente probada.
Mientras transportaban las armas, la Guardia Civil y los Carabineros se dieron cuenta de lo que estaba pasando y detuvieron el desembarco e hicieron algunas detenciones. Indalecio Prieto apareció al día siguiente, a trescientos km del lugar de los hechos, tratando de dejarse ver por los cafés, para poder negar su participación en el pésimamente organizado desembarco.
El Turquesa apareció finalmente en el puerto de Burdeos el 29 de septiembre. El Gobierno francés se incautó del barco y de las armas, y posteriormente, el Gobierno español los recogió.
Las armas desembarcadas y escondidas en locales, ayuntamientos e incluso una iglesia de la región asturiana, sirvieron poco después para provocar las primeras matanzas de guardias civiles, derechistas y católicos en Asturias, en su Revolución del 5 de Octubre.