FJL y el Retorno de la Derecha

He adquirido el libro de FJL, que tendrá una cifra de ventas impresionante pues no en vano es uno de los creadores de opinión más importantes de la actualidad. Su increíble memoria y su capacidad de hablar es envidiable. Podría dar lugar a un extraordinario debate si invitara a su emisora al gran Tamames, al que descalifica, a mantener un mano a mano dialéctico. Para mí el resultado sería que Tamames le ganaría por goleada. No en vano demostró, a pesar de sus 89 años, en la reciente moción de censura, sus plenas capacidades mentales. Dejó descompuesto, con su racionalidad y sentido común, a Sánchez y, en muy mal lugar, al PP que optó por la abstención y a Ciudadanos que votó en contra, es decir, dejando ambos partidos claro que preferían que siguiera Sánchez como presidente del Gobierno en lugar de abrir la puerta a un Gobierno de gran coalición, presidido por Tamames, cuyo programa principal era el anticipar las generales para que tuvieran lugar junto con las locales y autonómicas el próximo 28 de mayo.

El último capítulo de su libro es un alegato contra VOX, al que parece que no le encuentra lugar en ese “retorno de la derecha” pero se contradice profundamente pues apenas hace unos días, el 15 de mayo, en una entrevista que Jorge Bustos le hizo en El Mundo, FJL dijo que “«A Feijóo solo lo salva VOX, el único que puede impedir la tendencia natural del PP a rendirse al PSOE»

Creo que la magnitud de esa frase (¿será que se le escapó a FJL?) merece que se la resalte en negrita. Es obvio que si el PP es la derecha y tiene tendencia a rendirse al PSOE no cabe pensar en retorno alguno de la derecha, al menos VOX no lo impulsa.

Por otra parte, echo de menos en su libro alguna explicación sobre los orígenes de esa fuga, huida o caída de la derecha que da lugar a que hoy se espere su retorno.

Para mí los orígenes de esa caída se encuentran en los primeros años de la democracia, cuando la derecha, dirigida por el ex Secretario General del Movimiento, Adolfo Suárez, más la suma de Alianza Popular de Fraga, obtuvo la mayoría absoluta de 182 diputados en 1977 y de 178 diputados en 1979. Fue entonces cuando Suárez falló en algo básico: no cabía seguir tolerando el terrorismo de ETA y menos aun después de haber aprobado en octubre de 1977, una ley de Amnistía que puso a más de 500 etarras en libertad. Sin embargo, ETA siguió creando un contexto de terror, y por tanto de desorden, que era inaceptable y que envenenó toda nuestra democracia.

Suárez debió haber declarado el estado de excepción o de sitio, del artículo 116 de la Constitución, haberse enfrentado a ETA con todas las fuerzas del Estado y haber parado el desarrollo autonómico vasco hasta que se hubiera eliminado el terrorismo marxista de ETA. No lo hizo. Cuando dimitió en enero de 1981, ya había dado origen a toda la compleja trama del golpe de Estado del 23 de febrero.

Le sucedió Calvo Sotelo que tuvo a todas las instituciones a sus órdenes, pero tampoco se dio cuenta de que la prioridad era el Orden porque sin orden no hay Progreso. Por ello cuando llegó Felipe González uno de los temas a los que se enfrentó, fue a ETA. Por otra parte, el PSOE, que había renunciado al marxismo en sus estatutos, no tenía nada que ver con el PSOE actual que ha incluido en el Gobierno a comunistas y separatistas y que cuenta entre sus aliados a los filoetarras de Bildu, que en ningún caso han renunciado a sus orígenes y que ni siquiera han pedido perdón a sus miles de víctimas, entre muertos, heridos y afectados, ni tampoco a la sociedad española en su conjunto.

Es imprescindible tener en cuenta todos estos datos para que sea realidad un auténtico retorno de una derecha comprometida con la convivencia democrática y por supuesto con el Estado de Derecho, la Soberanía del Pueblo Español, la Unidad de España y el Castellano como lengua oficial del Estado, con pleno respeto a las demás lenguas españolas que serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas.

El retorno de esa derecha es asimismo imprescindible para que el socialismo, hoy marxista en la práctica, se reconduzca a la socialdemocracia que aparece en los vigentes estatutos del PSOE.

El libro de FJL narra muchas anécdotas interesantes, pero he echado en falta que él, como declarado anticomunista, no haya puesto más énfasis en el problema ideológico. Debería también haber señalado más la incapacidad del PP de darse cuenta de que si quiere acabar con el guerracivilismo debe denunciar el carácter criminal del marxismo, que se ha puesto en evidencia en los treinta regímenes marxistas que en el mundo ha habido. No hay excusa alguna. La inspiración marxista aun hoy se vanagloria de mantener en su catecismo ideológico la frase “nuestro objetivo es derrocar por la violencia el orden social existente” y desemboca en el comunismo dando lugar a que millones de hermanos iberoamericanos hayan tenido que huir de sus países.

En aras de una España reconciliada y en convivencia es imprescindible que llegue al poder una derecha que haya comprendido todo esto.

 

Enrique Miguel Sánchez Motos

Administrador Civil del Estado. Autor del libro “Historia del Comunismo. De Marx a Gorbachov, el camino rojo del Marxismo”

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