España, una sociedad enferma

Según van sucediendo acciones en este país, a uno le da por pensar en cuáles son los motivos principales que nos han hecho llegar a esta situación sin sentido y de una crispación social que nos hace recordar a toda previa de una guerra civil, la típica sociedad con síntomas graves de estar enferma.

Una sociedad que se exalta a la más mínima generalmente con una agresividad propia de principios del siglo pasado, sin ningún tipo de respeto a nada ni a nadie y mucho menos de educación.

Una sociedad que ha perdido totalmente los valores de una democracia, o al menos eso nos dicen que somos, cosa que se podría poner en duda.

Una sociedad que confunde el concepto de las palabras y manipula las definiciones según le venga bien, que no duda en contradecirse una y otra vez si lo que le importa es tener la razón absoluta y así poder despreciar e insultar a placer creyendo que su opinión es la única válida.

Una sociedad que ha hecho que su juventud no piense, no respete, no sepa definir la palabra verdad y ni mucho menos la palabra libertad.

Una sociedad aparte de enferma cansada y rota, como una anciana que ha vivido mucho más tiempo del que debería.

Una sociedad golpeada, humillada, engañada, y exprimida por sus dirigentes que no han sabido como revitalizarla.

En definitiva, una sociedad dividida entre la depresión y la exaltación, entre la pasividad y la hiperactividad. A punto de romperse en mil pedazos. Y todo esto promovido y alentado desde los partidos políticos que configuran el gobierno y sus socios.

En los últimos años se ha ido cultivando desde la izquierda radical de este país, un discurso del odio a todo lo que no tenga que ver con sus ideales socialcomunistas.

Desde PODEMOS y más tarde también desde el PSOE, han ido inculcando (lavando el cerebro), a toda esa juventud de mentalidad frágil una serie de discursos de odio completamente manipulados a placer. Tanto ha sido así, que ya no saben diferenciar entre los distintos delitos que se van produciendo. Ahora al parecer es más grave dar una paliza a una persona por su condición sexual, que dar una paliza a una persona por su ideología política. Cuando las agresiones por ideología política son mucho más extensas que las de por condición sexual. Y esto no es una invención sin más, es la realidad que estamos observando en los últimos años.

Sin ir más lejos, lo hemos podido ver en las últimas elecciones catalanas o vascas. Todas las agresiones hacia los partidos políticos de la derecha, más en concreto hacia VOX, fueron justificadas por todos los partidos que configuran el Frente Popular y sus medios de comunicación afines a su consenso progre. Y repito, todo esto promovido y alentado desde el gobierno de España. Como lo pasado en los últimos días con la falsa agresión a un homosexual. Desde que salió a la luz la supuesta agresión, los discursos y mensajes de odio hacia VOX, fueron una marea de acusaciones e insultos sin reparo alguno, sin que la policía confirmara nada, simplemente fue una marea de odio hacia un partido político y sus afiliados y votantes. Ministros, dirigentes políticos, periodistas, etc., lo único que hicieron en dos o tres días, fue sacar el mayor rendimiento político del supuesto suceso. Incluso cuando el ministro del interior ya sabía que la tal agresión era falsa, salió a los medios acusando y señalando al partido de Abascal de ser el culpable de que esa agresión se hubiera producido. ¿Y ha pasado algo? ¿Ha dimitido Pequeñín-Marlaska? No, claro que no.

Todo esto hace pensar en que tan sana está la sociedad española. En como es posible que desde hace un tiempo una agresión física es más grave según a quien le agredan. En como es posible que el asesinato de un niño por su madre pase casi desapercibido, pero si el asesino es su padre, se hable de ello durante semanas. En como es posible que se guarden minutos de silencio por mujeres asesinadas por hombres, pero no se guarden minutos de silencio por hombres y niños asesinados por mujeres. En como es posible que las violaciones a niñas o mujeres hechas por manadas de inmigrantes ilegales sean totalmente silenciadas.

Creo que alguien de este consenso progre nos debería de explicar todas estas diferencias y el porqué de hacer ciudadanos de primera y de segunda, igual así se entendería mejor este sin sentido y el porqué hay gente que sigue votando a esta gentuza. Sí, gentuza. Ya que entre otros, Irene Montero, Pequeñín-Marlaska, Adriana Lastra, o Echenique, no pasan de ser simple gentuza.