Escaramuzas y guerrillas
En Salamanca, la convulsión política del PP es doble. Por un lado, la marea soterrada que vio la luz con la operación preparada contra el Presidente Provincial por parte de antiguos dirigentes del partido, y que ponen de manifiesto la inactividad y falta de liderazgo de quien ha practicado, en el PP, las tesis de Sánchez de que hay que resistir, sin hacer nada, sin cambiar nada, sin creer en nada, demostrando amplios tentáculos nauseabundos de “putillas y chaperines” con los que mantener el silencio, hasta que algunos ya no han podido más.
Mala suerte, pues esa operación se descubre y se pone en conexión con la que se encuentra en marcha desde Génova contra el Presidente de la Junta que cuenta, además, con el ansia de Tudanca y Ciudadanos que ora están con el PP, pero en su día fueron dirigentes del PSOE, con lo que da igual Juana que su hermana con tal de tocar pelo.
La primera, busca acabar con el período más oscuro del PP de Salamanca y revitalizar, con gentes del pasado, una formación que, siendo muy fuerte en la capital charra, no deja de sufrir el deterioro nacional, por lo que buscan un giro que les mantenga poderosos, para lo que no ven capacitado al Presidente actual que, dicho sea de paso, nunca lo estuvo.
La segunda, que es dirigida por el propio partido, desde Madrid, para eliminar a Mañueco, no está conectada con la primera, pero sí con una operación organizada desde algunos personajes de Cs, que buscan fortalecerse para, cuando desaparezca su formación, encontrarse personalmente bien posicionados para seguir en el caballo y con las riendas de la mano y que para ello tenían forjada una moción de censura con el PSOE.
Cuando se observan los efectos perversos que tiene la moción de Murcia, así como el resultado, aún no contemplado con seguridad, se amedrentan, dan marcha atrás y suspenden la operación, que dejan en el congelador hasta momento más propicio, o una vez evaluados todos los efectos de la murciana y del resultado de las elecciones en Madrid.
La suspensión de la segunda no supone que Génova ceje en su intención de cambiar el rumbo, la persona, y la dirección del PP en Castilla y León y de la Junta de Castilla y León, simplemente es un esperemos un poco, de forma que las maniobras de unos y otros, en estos tiempos, serán objeto de estudio, pues no sólo estamos en una operación política, sino también mediática, económica y social de más calado de lo que aparece en los papiros.
El PP en Castilla y León no tiene el apoyo o el problema de VOX que no sólo es pequeño, sino que es incapaz de tener movimiento al haber sufrido durante mucho tiempo el desarme intelectual e ideológico de sus provincias que están dirigidas por inanes personajes sin capital político, personal, profesional ni activo alguno, de forma que la derecha se encuentra o con el PP o con la desaparición de Cs, por lo que la formación azul, si es capaz de liderar la oposición al Sanchismo tendrá un gran futuro, que pretenden capitalizar desde Génova con un cambio radical en el Mañuequismo para fortalecerse con líderes mucho más firmes.
Esta operación es conocida por el PSOE que, por una parte, apoya el desmoche del actual Presidente y, con ello, calcula podrá poner coto a la novación del PP más fuerte, mientras que los de Cs, en una y otra posición, se dedican a ser el aceite que se quede tanto si funciona una como si se desarrolla la otra.
Si el PP de Castilla y León comienza a desarrollar una política de fortalecimiento frente al PSOE, la moción preparada con Cs se desactivará, pues los naranjas jugarán a ser apoyo y el PSOE se radicalizará en pos de derribar del poder a los populares, pero, además, la operación interna contra el Presidente se calmará, pues cumplirá las expectativas de Génova; pero, si seguimos con la política habitual del Sr. Mañueco, el tiempo corre en su contra y, tanto propios como ajenos, tienen las cimitarras en la mano.
Cosa distinta es la cabeza del Presidente Provincial de Salamanca, que observo cada día más perdida y, por ende, amortizada.