Ernesto Ladrón de Guevara: “La masonería ha jugado siempre en contra de los intereses hispanos”
Una entrevista en exclusiva para InfoHispania
Ex-juntero por Unidad Alavesa, doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación y ensayista, Ernesto Ladrón de Guevara se ha destacado como un comprometido activista por la Hispanidad. Prueba de ello son sus libros Los nombres robados, Nueva defensa de la Hispanidad y, recientemente, La Hispanidad descompuesta, publicados los tres por Letras Inquietas.
¿Qué es la Hispanidad y por qué es un hito sin precedentes en la historia, no solo de España, sino de la humanidad?
La Hispanidad, ante todo es un legado histórico y cultural, un legado de entronización de los primeros derechos humanos reconocidos, que se conocen, en códigos jurídicos (Leyes de Indias), promovidos por la mujer más importante de la humanidad, después de la Virgen María; que encomendó a los descubridores de nuevos mundos y a los conquistadores de los mismos, el encargo de respetar a los aborígenes de aquellas tierras, evangelizarlos e instaurar en las “Españas”, es decir, lo que sería equivalente a provincias españolas, mismos privilegios y derechos que los que prevalecían en la Península. Si es importante y fundamental esto, más lo es cuando aún se estaba cerrando un proceso de reconquista, que duró ocho siglos, para recuperar la España visigótica cristiana que fue invadida por el Islam.
¿Qué aportó la Hispanidad a las naciones que formaron parte de la misma?
Fundamentalmente un modo nuevo de cosmovisión vital que partía del principio de que cada persona es un ser dotado de dignidad al que había que respetar. Hay que tener en cuenta que las condiciones vitales de los grupos humanos que poblaban ese espacio se basaban en relaciones de dominación, canibalismo, y sacrificios humanos. Vivían en el neolítico, con un atraso como civilización abismal respecto al mundo hispano. Es por ello que rápidamente avanzó la evangelización, porque los indígenas acogieron esa nueva forma de vida como una salvación, y, además, rápidamente se construyeron instituciones que supusieron un avance espectacular en las condiciones de vida. No hay más que comprobar que quienes se negaban a los procesos de independencia de los virreinatos fueron, precisamente, los indígenas. Los más interesados en separarse fueron los criollos, descendientes de los llegados al nuevo mundo desde España, no así el pueblo llano. Aunque eso sucedió tras doscientos años de extensión de las Españas por el Nuevo Mundo, hasta Alaska. Para cuando los anglosajones pusieran en marcha la primera universidad en el territorio colonizado por ellos, en las Españas ya había veintidós universidades.
¿Quiénes fueron los principales enemigos de la Hispanidad?
Con la Leyenda Negra pusieron en marcha un verdadero aparato de propaganda, difundiendo falsedades que han llegado hasta hoy. Aún la ignorancia sobre lo que fue la Hispanidad en el mundo hispano alcanza a amplias franjas de la población. Desde nuestras instituciones no se hace nada para propiciar la verdad histórica y hay un empeño absurdo y dañino por menoscabar la imagen de quienes intentamos dar a conocer la verdadera dimensión y obras de la hispanización como civilización creadora del orden occidental en el mundo.
Fundamentalmente ha sido el mundo protestante, junto a los intereses de los rivales de España en el dominio del mundo, en tiempos de colonización depredadora, los que han hecho una pinza en lo cultural y una trama de descomposición de la unidad hispana, tanto en las américas como en lo que fue la Metrópoli, que hoy está atacada desde las propias instituciones en España. El mundo anglosajón, Francia y Holanda han sido los principales promotores de la divulgación de las falacias contra la Hispanidad, con el rebuzno de muchos hispanos que no saben ni quiénes son ni de dónde vienen.
¿Sigue teniendo la Hispanidad a los mismos enemigos o estos han mutado con el devenir de los tiempos?
La masonería ha jugado siempre en contra de los intereses hispanos, pues ligaban la Hispanidad al catolicismo, y había que socavar la implantación del catolicismo en el mundo para propagar la nueva visión pagana de un “hombre nuevo” para una “civilización panteísta” nueva.
Desde el siglo XVIII jugaron un papel esencial en esa descomposición, y hoy siguen en el empeño, aliados a un globalismo que liquida nuestra soberanía y nuestra identidad, y con ello nuestro sentido de pertenencia, nuestros valores ancestrales y nuestra cosmovisión. La labor programada para ello es claramente detectable en un sistema educativo enfocado hacia el adoctrinamiento, hacia el moldeamiento cognitivo y hacia una extirpación de la trascendencia como fenómeno humano presente en todas las culturas.
¿Cuentan los enemigos de España y de la Hispanidad con cómplices entre nosotros? ¿Quiénes son?
La izquierda es enemiga tradicional del concepto de Hispanidad y quiere descomponer lo que queda de ella, aquí y en todo el mundo hispano. Pero no solamente lo que llamamos izquierda, sino también una derecha atravesada por las logias. Me repugnan las categorías de etiquetación de los ciudadanos como pertenecientes solamente a dos tipos, los de izquierda y los de derechas. La taxonomía más acertada es la de patriotas y antipatriotas. En esa división conceptual se reflejan mejor las actitudes y acciones de la clase política y sus adláteres.
Y lo hacen porque es el último valladar para impedir la cosificación de las personas, para evitar que el pensamiento abandone los valores tradicionales ligados a nuestra idiosincrasia y cultura. Un hombre despojado de esos valores es fácilmente manipulable, pues carece de moral y de raíces.
España e Hispanoamérica están sufriendo con una especial virulencia los efectos de la pandemia del coronavirus. ¿Se está aprovechando la crisis sanitaria para atacar de nuevo a la Hispanidad en su conjunto?
A mí no me cabe ninguna duda. Existe un virus, eso está a la vista. No sé si hay realmente pandemia, pues el concepto de pandemia fue modificado poco antes de epidemia del Covid Sars 2 por la OMS. No se sabe si la gente se muere por el coronavirus o con el coronavirus, y que su fallecimiento sea más por patologías no atendidas en esta situación, ya que no se hacen autopsias. Y todos los indicios apuntan a que este virus es tan dañino porque está diseñado en laboratorio para que lo sea. En todo caso, son especulaciones que hay que demostrar. En este sentido, el libro publicado por la editorial Letras Inquietas, de varios autores, titulado Pandemia contra España es muy ilustrativo.
Pero lo que está muy claro, y eso es evidente e incuestionable, es que se ha estado aprovechando la Pandemia para desarrollar toda una planificación de modificación fáctica del marco constitucional, dejándolo impracticable, y llevándonos a un sistema cada vez más totalitario. Y que ello es la causa de nuestra pérdida de libertades en todos los órdenes y de destrucción de las bases de nuestra convivencia, de nuestra idiosincrasia y de lo poco que queda de nuestro marco cultural.
La Ley Celáa es una prueba irrefutable de ello. La liquidación de la lengua de la Hispanidad, el español, como vehículo de enseñanza y de aprendizaje, es la prueba del algodón de un ataque en toda regla a la Hispanidad. La reconstrucción de toda esa demolición para recuperar los lazos entre los pueblos hispanos que supone la lengua y la religión es una obra titánica, pero habrá que realizarla. En breve daremos a conocer una iniciativa en esa dirección. Mi libro La Hispanidad descompuesta es el inicio de un movimiento.
Has manifestado en numerosas ocasiones que la única solución a los problemas de España e Iberoamérica es la recuperación de la idea de la Hispanidad. ¿Es todavía posible conseguirlo en este mundo globalizado?
Difícil es, imposible no. En el mundo hispanoamericano nos llevan ventaja en esta toma de conciencia. El trabajo de personas y grupos como los de Patricio Lons es enormemente apreciado y va calando. Aquí estamos dormidos y hay que despertar.
Si el arma de nuestros enemigos externos e internos es la descomposición del legado histórico y cultural, la solución, por lógica, es caminar en dirección opuesta. Llegamos tarde, pero esta batalla no está aún terminada. Por responsabilidad con nuestros ancestros y antecesores, tenemos la obligación moral de desarrollarla.
Ernesto Ladrón de Guevara: La Hispanidad descompuesta. Letras Inquietas (Octubre de 2020)