Entre comunistas anda el juego

Con la que está cayendo en España, la derecha más dividida que nunca, el virus totalmente descontrolado, la economía bajo mínimos, el estado de alarma, un toque de queda a punto de entrar en vigor, que por cierto no solucionará nada, y más muertos que nunca, el comunista se va de excursión, pero no con los padres Agustinos, sino con su Falcon.

Este necio y comunista donde los haya, se larga a ver al Papa, tan comunista como él.

Este ateo declarado se va a ver a su Santidad, una santidad que deja mucho que desear, pero Sánchez aún no siendo creyente, con tal de cobrar protagonismo es capaz de cualquier cosa.

Mientras la derecha española está más dividida que nunca, debido al discurso de Casado atacando despiadadamente a Santiago Abascal de una forma personal, cosa que me parece muy lamentable por la amistad que les unía, y por haber vertido sobre él unas acusaciones tan graves. Porque se podrá atacar a Abascal por muchas cosas, pero decir que pisotea la sangre de las víctimas de ETA, eso es hasta denunciable.

No entiendo qué ha pretendido Casado, pero parece estar muy satisfecho de haber cambiado de bando y recibir los elogios de los socialcomunistas. No quiero pecar de malpensada pero ese mismo día Sánchez anunció que paraba las reformas que pensaba hacer «ad hoc» del poder judicial para negociar con el PP.

¿Será que hay un pacto entre partidos corruptos, para deshacerse de sus lacras?
¿Será que quieren gobernar los dos juntos?
¿Será que Casado ha sido abducido por Sánchez?

Será, será, el tiempo nos lo dirá, mientras tanto Sánchez y su Begochu se han ido al Vaticano a ver al argentino y felicitarlo por su última decisión de autorizar el matrimonio entre gays, colectivo muy afín al sanchismo y a la izquierda.

Mientras tanto su segundo de a bordo, Iglesias, va tejiendo su tela de araña y quitando de aquí y poniendo allí, en nada saldrá absuelto de todas sus fechorías.

Y todos tan contentos, uno de excursión a ver a su Santidad, y el otro haciendo lo que le pasa por sus santos cojones para posicionarse cada vez más en una España que se acostó un día constitucionalista, y al otro se levantó comunista, eso sí con el apoyo incondicional de su Santidad.

Mª José Gómez Busó

Jubilada, apasionada del patchwork, rematadamente sincera, y enamorada de España, de su himno y de su bandera.

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