Enrique de Santiago vs. Enrique Santiago

En esta vida las coincidencias suelen ser muy divertidas, objeto de chanza y cachondeo; pero, hay algunas que, en lugar de una diversión, pueden ser un calvario.

Te puedes llamar Antonio Bragueta Suelta o Dolores Delano y toda la vida te reirás del nombre o le sacarás el provecho oportuno. En una cuestión similar y como chascarrillo, a mí me gusta decir que mi NIF finaliza en “F de feo” pues, además de cierto, sirve de gracia que permite no olvidar la letra.

Lo que es una desgracia es llamarte igual, trabajar en lo mismo y tener prácticamente la misma edad que aquel al que se te iguala en nombre (o casi) y que sea un personaje que defiende, no como abogado, sino como planteamiento vital, el magnicidio, a los comunistas-narcotraficantes, a los asesinos de ETA y la destrucción de un régimen democrático para implantar una dictadura comunista asesina.

Sí, me llamo ENRIQUE DE SANTIAGO, prácticamente igual que ENRIQUE SANTIAGO, dirigente del PCE, negociador de las FARC, alentador del magnicidio del Rey Felipe VI y su familia, mientras lucra del Estado al que pretende traicionar.

Sí, ambos somos abogados, colegiados en Madrid y prácticamente tenemos la misma edad, si bien, yo soy un poco mayor y, por tanto, soy el original y él un sucedáneo que, es evidente, se pudrió.

No, no soy un santo, pero a buen seguro mucho más pacífico y democrático que este personaje abyecto del que únicamente me distancia un “DE” y un mundo y del que me placería distanciarme tanto como la vida pueda y que la gente jamás me pueda referenciar con él, por más que la denominación se asemeje. Por eso defiendo mi “DE”, y ruego que nadie me lo quite, para evitar distracciones innecesarias y daños importantes.

Mientras, siempre he defendido la vida como derecho supremo, la democracia como forma de acción política, la libertad de todos, el derecho como modo de actuación, la igualdad entre las personas, la justicia social como modelo económico, dentro de un capitalismo social, equilibrado, el respeto del adversario y la separación de poderes y el control del poder como modos de conseguir el auténtico progreso social y, por ello, me han tildado de “facha”.

Me sorprende que un personaje que defiende la dictadura comunista, la vida sometida al criterio o interés del partido, la igualdad social ajustada por abajo, la represión y el dirigismo económico en beneficio del partido o de la casta parasitaria del Estado, la crispación, la violencia y el uso de las instituciones en beneficio exclusivo de los intereses del dirigente, sin perturbarse a la hora de defender la política de ETA, las NARCO-FARC y el régimen Venezolano, sea considerado un hombre de paz y progresista

Pues, precisamente por esa diferencia vital tan brutal, es por lo que no quiero que se me asimile, prefiero ser un “facha” libre, democrático y que lucha por el progreso social a ser un comunista que defiende la muerte, la dictadura y el hundimiento en la miseria de sus compatriotas.

Enrique de Santiago Herrero

Abogado. Máster en Ciencia Política. Diploma de estudios avanzados en Derecho Civil Patrimonial. Derecho penal de la empresa. Colaborador y articulista en diversos medios de comunicación escrita, radio y televisión.

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