El valenciano actual, idioma absurdo por inexistente

 

Mi madre, mujer sabía donde las hubiera, llegó a mi pueblo natal para ejercer de maestra. Ella provenía de Valencia capital y sabía hablar valenciano en su formato capital «pichat» perfectamente.

Cuando llegó a la escuela y vio el tremendo problema que tenían los niños valenciano parlantes, para entender el castellano lengua obligatoria en los colegios por aquella época, decidió, muy acertadamente por cierto, hablar a sus hijas en castellano, pensó que nos sería más fácil desenvolvernos en la escuela, y el valenciano lo aprenderíamos en la calle, y así fue, hoy en día tanto mi hermana como yo, hablamos y escribimos castellano perfectamente, y lo mismo en valenciano, bueno lo de la escritura mucho menos porque por lo menos a mi, no me sirve absolutamente para nada.

Bueno, ya entrados en harina y metidos en situación, viene mi explicación de lo absurdo de un idioma inventado. 

Aquí tenemos un ejemplo la letra X, se aplica para tres letras distintas, ch, j, y r. 

Chica, xixa 

Jativa, Xativa

Red, xarxa

Y si me pongo a husmear encontraría muchas más, así que de momento el alfabeto deja mucho que desear.

Por otra parte, está la absurda manía de traducir nombres propios que por cierto no tienen traducción, como Huesca por Osca, Teruel como Terol, o Cuenca por Conca, y nombres de reyes o de personas con sus apellidos traducidos al absurdo.

Y ahora viene ya el culmen de la cuestión: en esta zona donde vivo casi todos los nombres de poblaciones provienen del árabe, unos empiezan por Al y otros por Beni, los catalancianos con un par, se dedican a traducir estos nombres a su inexistente valenciano, os pongo unos ejemplos. 

Almiserat, se convierte en Almisserá, Benisoda en Benissoda y así por arte de birli birloque casi todas las poblaciones. 

Esto me parece un insulto a la inteligencia de cualquiera que tenga dos dedos de frente. Si quieren traducir el nombre de su ciudad al idioma inventado, lo primero que deberían hacer es lo siguiente: averiguar qué quiere decir el nombre árabe en castellano y luego ya, si tanto les molesta, traducirlo al catalanciano. 

La mayoría de la gente estamos hartos de tanta tontería y de tanto despilfarro en cartelitos con nombres imposibles e inventados, que despistan a cualquier persona que lleve un mapa o una guía en condiciones normales. 

En estos menesteres es donde se tira el dinero y se crea la polémica.

Mª José Gómez Busó

Jubilada, apasionada del patchwork, rematadamente sincera, y enamorada de España, de su himno y de su bandera.

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