El primer día de la guerra. Las causas de la Guerra Civil. Un tema Tabú.
El 17 de julio de 1936 unos militares sublevados comunicaron al Gobierno su rebeldía mediante un bando. Ocuparon puntos estratégicos en algunas ciudades y esperaron la respuesta. El Gobierno no envió a nadie para dialogar. Su respuesta fue, directamente, el bombardeo de la ciudad de Melilla provocando decenas de muertos civiles.
Ese día, un grupo de militares emprendieron un camino muy inseguro, tirando por la borda una carrera impecable y una posición social y económica sólida, arriesgando su porvenir y el de sus familias, sabiendo que les iba hasta la vida en ello. (De hecho, muchos murieron en la contienda. Ningún político destacado de izquierdas murió; todos empezaron a abandonar el país meses antes del final de la guerra).
¿Por qué?
La respuesta que nos da la historiografía marxista es: por delirios de grandeza y poder.
Los que tienen delirios de grandeza no suelen ser los militares. Los más sangrientos dictadores del siglo XX, no fueron militares, sino políticos: Hitler (pintor), Mussolini (periodista), Stalin (agricultor), Fidel Castro (abogado), aunque les encantase disfrazarse de militar.
¿Por qué esos militares españoles se levantaron contra el Gobierno del Frente Popular (no debemos admitir ya el engaño de que se levantaron contra «la República»)? ¿Cuáles fueron las causas? ¿Qué pretendían?
Los historiadores debemos estudiar los hechos, sus causas y sus consecuencias; pues bien, sobre el levantamiento militar del 36, ningún historiador ha hecho un estudio imparcial sobre las causas reales, sino que nos presentan los tópicos habituales relacionados con el ansia de poder, enriquecimiento, odio al marxismo, fascismo, nazismo…, y otras simplezas similares.
El día 17 de julio, con su acto de rebeldía, unos militares pretendieron llamar la atención del Gobierno, para que hiciese frente a unos asuntos de extraordinaria gravedad para la nación, pero la respuesta fue lanzar toda la violencia políticamente organizada, armada y controlada por el propio Gobierno, contra la población civil: católicos y familias acomodadas, y militares indefensos.
1936, Julio, día 19
Madrid
– Varios muertos y heridos ante la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de los padres Dominicos de la calle Torrijos por ir a misa.
Los milicianos tiroteaban a los que saldrán por la puerta o por las ventanas.
– El general López Ochoa, republicano, es sacado por milicianos del hospital de Carabanchel donde está enfermo (no se había sublevado) y los milicianos republicanos le cortan la cabeza, la clavan en un palo, y luego la pasean por las calles de Madrid.
Era de ideas republicanas pero fue asesinado por haber defendido la legalidad en octubre de 1934 y haber estado al frente de las tropas que reprimieron la revolución de Asturias.
Son asesinados el capitán retirado de ingenieros Prieto y el comandante de ingenieros Francisco Clavijo Bethencourt sin proceso de ningún tipo.

– Son asesinados en masa casi un centenar de oficiales que se habían sublevado, después de rendirse, en el Cuartel de la Montaña. Los cadáveres fueron abandonados al sol hasta que las temperaturas del verano hicieron necesaria la intervención de los basureros.
Fuente de Cantos (Badajoz)
– Los jefes del Frente Popular encierran en la iglesia de Fuente de Cantos a 56 personas (incluidas dos mujeres y dos niños).
A las tres de la tarde los milicianos cierran las puertas dejando abiertas las ventanas frente al ayuntamiento, incendiando el templo con gasolina. Doce personas murieron por el fuego y el resto logró huir subiendo a una torrecita a la que no llegaron las llamas.
También incendiaron la notaría, el juzgado, el registro de la propiedad, un convento de monjas y otros edificios.
Valdepeñas (Ciudad Real)
– Asesinado en el cementerio un grupo de presos locales, más otros presos traídos de Santa Cruz de Múdela y Torrenueva, todo ello por iniciativa del alcalde local, que formó un batallón de milicianos que llevaba su propio nombre.