El porqué del fracaso de muchos políticos en España
Los políticos son definidos a diario y a nivel mundial, de muchas maneras. Hay quienes les comparan con animales, tales como los camaleones, porque cambian de color y se mimetizan con el entorno en el que se encuentren, de acuerdo con sus conveniencias y ambiciones.
El ciudadano común español, varía mucho en su parecer político, y eso tiene una explicación. Nos encontramos con aquel que obviamente puede tener sus simpatías o afiliación política, algunos por tradición familiar, otros por costumbre, otros porque tienen un puesto de trabajo que depende de su vínculo político o en menor número aquel que realmente conoce la ideología del partido en el cual milita y la cual profesa convencido de sus cánones y tratados.
Están los que han pasado de una afiliación partidista a otra por conveniencia, por vínculos afectivos, por simpatías hacia los líderes o hacia las promesas que discurren de sus oratorias.
Una inmensa cantidad de españoles cambia su intención de voto de un proceso electoral a otro, porque se decepciona y se disgusta con la gestión de quien o quienes están ocupando el cargo en el momento, porque dicha gestión estuvo cargada de situaciones decepcionantes, porque no se siente satisfecho con quienes tienen el DEBER de atender las necesidades básicas de quienes le eligieron para proveerle de servicios que él con sus crecientes IMPUESTOS paga de su bolsillo. Porque se ha abochornado, avergonzado y cabreado, por haber llevado con su voto a escaños de representación o a cargos públicos a personas que se esnifan, beben o gozan con sus impuestos, o porque el recurso financiero que hace falta para que atiendan pronto a un familiar enfermo está destinado a una asociación con fines que nadie tiene claros o que se diluyen en una burocracia inepta, irresponsable que solo va a sus puestos de trabajo a retirar por caja su recibo de pago.
Este tipo de español es el mayoritario en la actualidad, el decepcionado, cabreado y cansado de tradiciones, imposiciones y deficientes gestiones de sus representantes, pero mas cabreados aún porque en un pasado reciente, muchos españoles creyeron en unas fuerzas de relevo creadas para enfrentar a esos partidos tradicionales y en muy pocos años se han desilusionado y hasta sentido culpable de haberles votado.
Algunos eligieron el discurso PROGRE, cargado de Ideas revolucionarias de Igualdad, de Filosofías, de la lucha del proletariado contra la burguesía, etc. Discurso éste que si bien es cierto que caló durante un tiempo,no es menos cierto que cada día ha ido decepcionando más, por el enchufismo que se generó, porque de vivir en pisos de barrios obreros sabemos muchos, pero de decirlo y vivir en chalets de lujo, con piscina y guardaespaldas no sabemos nada.
Así son los progres que crean partidos con dinero lleno de sangre y de hambre de países como Venezuela. Dinero que también ha servido para llenar los bolsillos y enturbiar la conciencia de muchos socialistas que apoyan desvergonzadamente la podrida práctica bolivariana de mantenerse en el poder y hasta les sirven de asesores cual cómplices sordomudos de la barbarie, como vulgares sicarios.
Miran a otro lado, no escuchan los gritos desesperados de la diáspora que emigra por hambre y son tan cobardes que no emiten comentario alguno ni en contra del dictador ni a favor del famélico pueblo venezolano. Esto también decepciona a muchos españoles, que preguntan qué puede tocarnos con gente de esta calaña.
Otros se sienten decepcionados porque están representados al más alto nivel por un sujeto que NO fue electo por la mayoría de los votantes españoles, que es producto de componendas malsanas, apoyado por quienes no quieren el bienestar de la inmensa mayoría de españoles Y QUE NEGOCIA LOS RECURSOS DE TODO EL PUEBLO ESPAÑOL A CAMBIO DE MANTENERSE ATADO e indespegable a SU SILLA PRESIDENCIAL, con grupos que proclaman su Independencia, y a quienes otorga hoy mismo la mayor parte proporcional del Presupuesto, haciendo concesiones bastardas a grupos que no representan a las mayorías vascas y catalanas, convirtiendo además al resto de las comunidades en desmejorados pueblos de segunda y hasta de tercera categoría.
EL español promedio también está decepcionado de aquellos nuevos políticos o mejor definidos «politiqueros», que pactan camaleónicamente,de acuerdo a sus conveniencias y circunstancias con cualquier bando, sin definir sus ideales, si es que alguna vez lo han tenido y que se dicen Demócratas; que obvian a quienes presentan con justo derecho sus puntos de vista y sus ideas de cambio.
Rivera es cobardemente incapaz de tan siquiera mencionar a VOX, una organización emergente y democrática con iguales derechos que las que han venido decepcionando a la inmensa mayoría de españoles, a él le da «ASQUITO» MENCIONAR A UN RIVAL POLÍTICO que en su primera experiencia en las urnas, con el efímero recurso de sus pocos afiliados en ese momento, consiguió para su sorpresa 400.000 votos en Andalucía.
Han sido irrespetuosos y esa actidud, también decepciona a los españoles que prefieren la lucha limpia, el enfrentamiento con ideas y voluntades, con objetivos comunes para todos los españoles, sin medias tintas. La batalla se libra en las urnas.
La batalla política debe borrar esa acritud desmedida, desacreditadora, repugnante. AL ESPAÑOL PROMEDIO, ESA BATALLA POLÍTICA INMORAL, DESVERGONZADA Y VIOLENTA, Sí LE DA ASCO, y es por ello que se siente decepcionado de esos políticos que van fracasando inexorablemnte. LOS ESPAÑOLES CLAMAN Y MERECEN ESE CAMBIO, se han cansado de camaleones y cobardes de dudosa moral.
Buenísimo artículo, sobretodo cargado de verdad.