El pasillo de mi casa y la ideología sanchista


El pasillo de mi nueva casa es tan largo que algunas veces cuando llego al final, he olvidado para qué he ido.
No crean que es un síntoma de demencia senil, los nacidos en la década posterior a la mía tienen ahora 40 años.
Soy más joven que Jordi Hurtado. Comprendo que dicha comparación no es muy clarificadora puesto que según las malas lenguas, la humanidad entera es más joven que Jordi Hurtado. Si en el Génesis se hubiesen apuntado los deneíses, Adán y Eva tendrían el 0000002 y el 0000003, porque el 0000001 ya lo tendría Jordi Hurtado.

Esto me ocurre siempre que voy en dirección Oeste-Este, es decir, desde la nevera hacia el balcón, ya que en sentido contrario, es decir, del balcón a la nevera, no solo no olvido el propósito que me conduce a ella, sino que se me ocurren más cosas relacionadas con su contenido.

Pero no nos desviemos del asunto que nos preocupa. He hecho referencia a la curiosa virtud del pasillo de mi casa, porque no en pocas ocasiones me gustaría olvidar algunas de las absurdas cosas de la política española que me parecen vergonzantes.

En primer lugar, quisiera hablar de lo que ya avisé en otro artículo: Sánchez se va a aprovechar de la recuperación de la pandemia y asumirá todos los méritos. Pues bien, ya lo ha intentado, aunque la mala suerte que le acompaña últimamente (es un poquito gafe) le ha hecho callarse.
En una comparecencia con semblante victorioso (tiene un armario lleno de semblantes) anunció a los cuatro vientos que España (o sea, Él) lidera (le encanta esa palabra) el proceso de vacunación europeo al ser el país con más vacunados.

Pero no nos dice que, para no meter la pata, se quitó de encima la responsabilidad de las vacunaciones, pasándosela a las comunidades como si fuese una patata caliente.

No esperó ni dos horas desde que salió el dato favorable de las vacunaciones, para arrebatarle el éxito a los gobiernos autonómicos. Lo que ocurre es que ha tenido que callarse enseguida por la llegada de la quinta ola, ya que en España está haciendo estragos, si comparamos los datos españoles con los del resto de países europeos.

En segundo lugar, quisiera hablar de la vicepresidenta segunda del desGobierno y ministra de Trabajo y Economía Social. Hace unas horas nos ha deleitado con una ocurrencia personal: vamos a quitar la palabra «patria» y vamos a poner la palabra «matria».

Es muy propio de un dirigente socialista despreocuparse de sus ocupaciones, y proponer irritantes y grandiosas estupideces que, a fin de cuentas, no le corresponden. Pero claro, hablar es mucho más fácil que hacer, y ellos, los dirigentes socialistas, han llegado donde están por encandilar a miles de ingenuos exaltados, con sus palabras y no con sus hechos.

Hablando de liderazgos, España, está en SEGUNDO lugar de los países europeos, en número de PARADOS (cuando usan esta palabra, no sé por qué no dicen también: «Y paradas»), y, además, somos el quinto país con mayor riesgo de pobreza de toda la Unión Europea, el segundo, en jóvenes pobres. Esto sí que son liderazgos importantes.

Digo yo que esos asuntos serían los que deberían preocupar a la ministra de Trabajo, y a los que debería dedicar todos sus pensamientos y esfuerzos porque hay mucha gente sufriendo. Muchos españoles, señora ministra, muchos españoles. Tenemos 9.6 millones en riesgo de pobreza. Nos están implantando la III República sin que nos demos cuenta. Aunque comprendo que para su cerebro, el asunto «Matrix» es prioritario.

De estos datos hemos tenido que enterarnos por organismos europeos, no por organismos españoles. Esto parece ya una censura comunista al más alto nivel cubano. Cualquier día nos cortan internet.

No querer reconocer que Cuba ha sufrido una dictadura durante sesenta y dos años y que lo sigue siendo, es una prueba más de su sumisión a una ideología asesina y nefasta. Es también una prueba de que a los que lo niegan, no les importa en absoluto el bienestar de la gente sino el de su ideología izquierdista. En cierto modo, podríamos hacerlos cómplices o, cuando menos, encubridores de los asesinatos y torturas que se están produciendo en la isla, por negarse a reconocer que se están produciendo.

Decir que Cuba «no es una democracia» no es admitir que es una dictadura donde se están produciendo detenciones, torturas y desapariciones a centenares.
Ahora resultará que el franquismo fue una dictadura pero que el castrismo es una «indemocracia».

El placer que sienten algunos dirigentes al engañar a la gente, les supera tanto, que no son capaces de darse cuenta del ridículo internacional que están haciendo. No es la primera vez. No será la última tampoco.

He cogido un refresco de naranja de la nevera, me doy la vuelta y veo el largo pasillo donde al final, parece que se juntan el techo y el suelo. Me dirijo hacia esa luminosa infinitud con verdadera satisfacción.
Ya llego.
…Esto… Por cierto,… ¿qué les estaba contando?
Gracias Fanny.

José Enrique Catalá

Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valencia. Especialista en Hª Medieval. Profesor. Autor del libro: Glosario Universitario.

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