El maltrato antes de la tontería del bullying

Con los tiempos y sobretodo con esta hornada de políticos manipuladores de mentes incautas, se intentan cambiar hasta los nombres y sobretodo las acciones de maltratadores que han existido desde que el mundo es mundo.

Estos dos casos que os voy a relatar los sufrimos mi hermana y yo en nuestras propias carnes. El primero le ocurrió a mi hermana, que desde muy tierna infancia sufrió de miopía y llevaba gafas.  Estábamos jugando en el patio de nuestra casa y un niño que sufría de polio, desde su balcón empezó a increparnos, cosas de niños, mi hermana lo llamó tonto y su madre que entendió cojo, apareció como un gallo de pelea y llamo a mi hermana ciega como tú abuelo (Mi abuelo era ciego por un desprendimiento de retina) mi madre al oír el griterío salió y nos dio una reprimenda delante de la buena señora, al entrar en casa le dijimos lo que había ocurrido en realidad, y mi madre dijo que lo dejáramos correr, aunque cuando tuvo la oportunidad y en petit comité, le explicó a la buena señora que ella nos había educado para no insultar a nadie, y mucho menos a personas discapacitadas, apuntándole que ella no había hecho lo mismo con su hijo, la cosa quedó ahí y mi hermana se quedó con el San Benito de ciega y muchísimas veces con el de cuatro ojos.

Esta segunda parte me tocó a mí, un buen día «mis mejores amigas» me espetaron a bocajarro, que yo no podía salir con ellas porque no era de su misma clase social, yo en plena pubertad me agarré un berrinche del quince y esa afirmación de mis supuestas amigas, me hizo mucho daño, me marché a casa hecha un mar de lágrimas se lo conté a mi madre, que con toda su sabiduría de maestra vocacional y persona de capital me dijo: Tienen toda la razón del mundo ellas en lo alto de la torre del Miguelete y tú en el suelo llano jamás te llegarán a la suela del zapato.

En aquel momento aquella reflexión de mi madre no me convenció demasiado, pero poco a poco fui dándole la razón a mi madre, hasta que entendí que la tenía toda, mi carácter se ha forjado con la ayuda y la educación que me dieron unos padres como los míos.
Ahora si alguien me dijera cualquier tontería de ese tipo me los comería sin patatas, pero por desgracia hay niños que no tienen la suerte que tuve yo y sufren maltrato por parte de maltratadores, que les llevan incluso hasta a quitarse la vida.

Mª José Gómez Busó

Jubilada, apasionada del patchwork, rematadamente sincera, y enamorada de España, de su himno y de su bandera.

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