El independentismo exige un nuevo 1-O para apoyar otra investidura de Sánchez
Los partidos secesionistas de Cataluña exigen el "derecho a tomar decisiones de Cataluña" como moneda de cambio para investir a Pedro Sánchez caso de que, junto a Podemos, sumen los votos precisos para llegar a La Moncloa.
Los partidos secesionistas de Cataluña exigen el «derecho a tomar decisiones de Cataluña» como moneda de cambio para investir a Pedro Sánchez caso de que, junto a Podemos, sumen los votos precisos para llegar a La Moncloa.
La cuestión de la autodeterminación va a ser uno de los ejes centrales de reivindicación de los independentistas que logren escaño en las Cortes tras las elecciones generales del veintiocho de abril, conforme han dejado entrever JxCat y ERC.
Este tema cobró todavía más relevancia pública la semana pasada, cuando Podemos anunció que volverá a incluir en su programa electoral la propuesta de efectuar un referendo en Cataluña que ofrezca tantas opciones como resulten posibles y que no se limite al marco de independencia.
En los últimos días, además de esto, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha sido blanco de las críticas de Partido Popular y Ciudadanos por unas declaraciones al diario Berria en las que aseveraba que si el sesenta y cinco por ciento de los catalanes estuviesen en favor de la independencia la democracia debería buscar una solución, aunque el líder de los socialistas catalanes matizó el último día de la semana que «no va a haber referendo».
Ayer, la número 2 de JxCat al Congreso por Barcelona, Laura Borràs, denunció que, a juzgar por las últimas declaraciones de Iceta y Sánchez, los socialistas han entonado una «elegía al bloqueo», con su «no a todo». Borràs ha advertido al Partido Socialista Obrero Español de que «España no va a poder tener estabilidad» política sin encarar el «derecho a tomar decisiones de Cataluña», que va a ser una de las condiciones de JxCat para respaldar una ocasional investidura. En este sentido, avisa de que ya no van a dar ningún «talón de antemano» a Sánchez si es aspirante a la investidura, como hizo el PDeCAT el año pasado al respaldar su petición de censura.
Por su lado, la vicepresidenta del PDeCAT y número 3 de la candidatura de JxCat, Míriam Nogueras, ha descartado a Podemos como «aliado» del soberanismo en el Congreso en la defensa del «derecho a tomar decisiones» de Cataluña.
Algo más equívoca se ha mostrado la portavoz de ERC, Marta Vilalta, que por una parte ha afirmado que su partido no establece de entrada «líneas rojas» tras las elecciones del veintiocho de abril, mas por otro ha remarcado que tampoco van a dar «talones en blanco» y no investirán a Pedro Sánchez si no garantiza «el referendo de autodeterminación y el final de la opresión». Vilalta ha advertido a Sánchez de que «no puede saber si los catalanes desean o no la independencia sin poner las urnas y que se celebre un referendo de autodeterminación».
Por su lado, el cabeza de lista de En Comú Podem a las elecciones generales, Jaume Asens, ha apostado por empezar tras los comicios un «diálogo sin condiciones» para encaminar el enfrentamiento catalán y ha eludido de esta manera situar un posible referendo como «línea roja» para negociar un acuerdo de gobierno.
Mientras, una vez que el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, solicitara la renuncia de Iceta por sus declaraciones al diario Berria, el PSC le ha acusado de estimar «nutrir la confrontación» para de esta manera «tapar su acuerdo con Vox» en Andalucía.
«Es cómico. Cs es un partido que vive de la confrontación, que nutre la confrontación y que está en un estado ya no de ansiedad, sino más bien de desesperación. Desean tapar como sea el pacto que tienen con Vox», ha afirmado el secretario de organización del PSC, Salvador Illa.